OPINION

De Miliki a Chicho Ibáñez Serrador. Homenaje a los profesionales que 'jugaron' a crear televisión

MILIKI
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MD36 MADRID 21.11.02.Emilio Aragón,Miliki, (2d), acompañado de su esposa,Rita,su hija Rita Irasema y del realizador Chicho Ibáñez Serrador,presentó hoy "Juan Olores",un libro de cuentos de humor blanco que ha escrito para sus "niños de 30 años y más" y en

Ayer despedimos con un ‘hasta siempre’ a Miliki. Lo gritamos bien alto. Lo sentimos aún más. Quizá hoy toca dar también las gracias a todos aquellos profesionales que desde la televisión jugaron a inventar televisión para los más pequeños.

Aquellos currantes que creían en la imaginación, que mimaban las puestas en escena y, además de trabajar por y para el negocio, apostaban por la formación honesta de los adultos del futuro, a través de las sonrisas más creativas y no de los claroscuros más interesados.

Fueron muchos estos profesionales. Sería imposible nombrar a todos. Algunos de ellos todavía siguen en activo. Otros no. Lolo Rico (La bola de cristal), Ramón Pradera (El Kiosko), Rafael Herrero (Cajón desastre)… Aunque, en este lunes, podemos resumir aquella juguetona televisión con ayuda de unos planos del maestro Narciso Ibáñez Serrador.

El padre del Un dos tres acostumbraba a realizar una edición especial para niños en Navidad. En una ocasión, invitó al programa a Antonio y Carmen Morales, hijos de Rocío Dúrcal y Junior, que por aquel entonces eran niños prodigio.

Y la creatividad de Chicho, como la creatividad de tantos currantes de nuestra tele, en vez de quedarse en la típica puesta en escena, trasteó con la maquinaria televisiva para sorprender a la audiencia e, incluso, a los propios protagonistas del número musical.

Ibáñez Serrador huyó del típico playback, con aburrido pie de micro, y puso en marcha una actuación magistral de esas que no acostumbra la televisión efímera.

El resultado fue una adictiva coreografía, con una realización milimetrada, plano a plano, y unos camareros moviéndose al ritmo de la música. Bueno, no todos: había uno más patoso que el resto.

Carmen y Antonio cantaban su éxito Sopa de Amor. Y, mientras lo hacían, no podían ocultar su entrañable perplejidad ante la disparatado espectáculo que les rodeaba. Genio y figura que se contagiaba en el espectador.

Recordamos esta actuación memorable,  un buen homenaje a los profesionales que arriesgan, confían y creen en el ingenio televisivo. Aún hay muchos.

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