¿Eurovisión sin España?

Cada vez es más habitual que los medios nos hagamos eco de noticias que no son ciertas del todo o no están contrastadas. Pero que venden. Y mucho. Todo vale para lograr un lector más. En las últimas semanas, nos hemos cargado a Mariló Montero de La Mañana de La 1, hemos otorgado su puesto a Marta Robles e incluso hemos atribuido una declaración absurda a la boca de Anne Igartiburu: "¡Qué bien que venga una amiga a las mañanas!". También, estos días, se ha sentenciado, sin ningún cimiento sólido, que el grupo Planeta estaba pensando retirar el programa de Jordi Évole por críticas de las compañías eléctricas. De hecho, cientos de espectadores han enviado cadenas de mails para apoyar Salvados y así evitar su cancelación.  ¿Qué argumentos avalaban que La Sexta pensaba censurar su programa estrella? Ninguno.

Y ahora tocó el turno de Eurovisión. Ayer saltó al ruedo viral la posibilidad de que TVE abandonara el mítico certamen. Sucedió después de la emisión de un reportaje en La Sexta Noticias que especulaba con el rumor, tras las bajas de Portugal y Eslovaquia, únicos países que ya se han retirado de la próxima edición. Los griegos todavía se lo están pensando.  ¿Por qué TVE se puede plantear no participar este año? ¿Tiene TVE algún interés en tocar este símbolo tan arraigado socialmente  y tan clave para la imagen de la cadena?

Televisión Española sufre unos duros momentos de austeridad, reflejo de la situación del país en general, pero el Festival de Eurovisión sigue siendo un evento rentable y vital para la salud de TVE. Porque Eurovisión es un formato redondo, ya que arrastra audiencias millonarias, fomenta una identidad de robusto canal europeo y, muy importante, impulsa la debilitada media mensual de La 1.

Y todo esto a un coste muy ajustado, pues participar en el Eurofestival sólo cuesta alrededor de 200.000 euros. Mientras que series como Águila Roja están presupuestadas en más del triple por capítulo. Es más, TVE ya ha renovado otras producciones como Gran Reserva, Cuéntame o Isabel que suponen un gasto por episodio superior a una única edición del eurofestival.

Entonces, ¿por qué TVE iba a decir ‘no’ a Eurovisión? Si fuera real esta información, sólo se entendería la decisión como el derribo de un icono, como el fin de una televisión estatal competitiva a nivel europeo y, sobre todo, como un hipócrita mensaje a la población de que se están tomando medidas de austeridad en todos los ámbitos y que, en tiempos de crisis, toca sólo 'sufrir', nada de espectáculos de entretenimiento lúdico.

Veremos qué pasa, pero lo que está claro es que TVE sigue siendo una de las grandes televisiones que conforman el corazón de la UER, es parte del puntero Big Five de Eurovisión (España, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania), y no parece lógico que RTVE sea capaz de rechazar un acuerdo que, además del festival de la canción, conlleva numerosas retransmisiones de acontecimientos deportivos o culturales. Más aún, cuando el canal ya ha renovado sus grandes series, sigue emitiendo superproducciones de cine norteamericano, mantiene parte de su costosa apuesta por el deporte o continúa con su inversión millonaria en eventos religiosos. ¿Por qué rechazar Eurovisión? ¿Por qué alimentar una revuelta de millones de eurofans indignados? Bueno, cosas peores se han visto.

@borjateran

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