1.300.000 euros fue la cifra mágica que recaudó anoche la Gala Inocente, Inocente de TVE. 1.300.000 euros para los niños con riesgo de pobreza, exclusión social o problemas de salud.
Pero, lejos de ser una noche lacrimógena, la Gala Inocente, Inocente recuperó su genuina vieja esencia que, en los últimos años, se había perdido. Lo consiguió con bromas a famosos cargadas de un adictivo derroche de creatividad.
Sorprendió la encerrona que ejecutaron a Ana Torroja, a la que le hicieron creer que se le aparecía una siniestra abuela. Fascinó la emboscada que realizaron al futbolista Falcao, al que destruyeron un coche de alta gama que le habían prestado. Inquietó la pesadilla en el comedor de un restaurante que vivió Josema Yuste. Y, muy especialmente, asombró la espectacular inocentada que sufrió un cercano Pablo Alborán, que fue invitado a poner la estrella en lo alto del inmenso árbol navideño del Parque de Atracciones y terminó derrumbándolo (tras varios percances caóticos más)....
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Y todo ello fue comandado por una Anne Igartiburu en estado de gracia, más natural que nunca, exponiendo un fascinante control del directo, detalle que se echaba de menos en el prime time de TVE. De nuevo, Anne evidenció que aún está por exprimir con un espacio realmente creado a su medida.
También estuvieron en la gala unos atinados Juan y Medio y Juanma López Iturriaga que, como siempre, fueron claves a la hora de dar ritmo a un ceremonia realizada, con buena factura visual, desde el plató más grande de TVE en los Estudios Buñuel, un mítico estudio de televisión que también fue protagonista de la noche, pues durante la emisión se recordaron algunos emblemáticos programas que allí mismo se realizaron, como ¿Qué apostamos?. De hecho, anoche, recuperaron la ducha con la que terminaba cada edición de este memorable concurso….
Si superaban un millón de euros de donativos, alguien tendría que mojarse (literalmente)… Y lo superaron. La ducha se encendió. Fue un emocionante guiño a aquellos retos que padecían Ramón García y Ana Obregón. Aunque quizá este homenaje a Qué apostamos no gustó tanto a Mónica Martínez, que participó en el especial y terminó pasada por agua en el plato de ducha más histórico de nuestra tele. Todo sea por la televisión, la solidaridad y, sobre todo, por la ilusión de los niños.
Y ADEMÁS…
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