OPINION

Terelu Campos y los efectos colaterales de presentar 'Sálvame'

TERELU CAMPOS SALVAME DELUXE
TERELU CAMPOS SALVAME DELUXE

Terelu Campos ha sido una todoterreno de los medios: ha trabajado como presentadora, productora, redactora e incluso ha participado en una particular comedia del cine español, Zocta, solo en la Tierra se puede ser extraterrestre en 1988.

Desde entonces, la trayectoria de la hija de Maria Teresa Campos no ha sido sencilla, precisamente por eso mismo: el apellido Campos pesa mucho y las acusaciones de 'enchufismo' siempre estuvieron presentes en su vida.

Aunque, con el paso de los años, Terelu se ha ido quitando cualquier 'sambenito' y, a través de méritos propios, ha logrado el respeto de la audiencia. Con T de Tarde en Telemadrid supuso su puesta de largo en solitario. Un éxito que aguantó en la parrilla de la autonómica siete años. Ni más, ni menos.

Más tarde, Terelu fue la conductora de La Granja de los Famosos en Antena 3. Y salió airosa de un reality que no fue ejemplo de escrupuloso, al contrario. A partir de aquí, Terelu cambió de rol: de presentadora a concursante, participando en formatos como El Club de Flo o Mira quién baila.

Y siempre, en todo este tiempo, Terelu fue muy crítica con el tratamiento a los famosos de algunos programas del corazón. Ella misma sufrió las prácticas de Aquí hay tomate, que utilizó contra la presentadora una cámara oculta discotequera en la que aparecía junto a su expareja Pipi Estrada. Resultado: la hija de María Teresa Campos interpuso una demanda contra el polémico programa. Telecinco perdió y, al final, le tuvo que pagar 150.000 euros por hacer negocio con esas imágenes privadas.

Pero mantenerse como estrella de la televisión es una práctica de riesgo. Y, a veces, parece difícil mantener la coherencia si quieres sobrevivir. Al final, Terelu Campos ha acabado trabajando con los mismos responsables de Aquí hay tomate, a los que demandó y criticó. Ahora, son los creadores de Sálvame, espacio en el que es presentadora titular en su versión del prime time de los viernes, cuando Jorge Javier Vázquez huye de vacaciones. Incluso consigue subir la audiencia de Sálvame Deluxe con su presencia, pues la personalidad de Terelu casa muy bien con el público objetivo de este tipo de programa, audiencia que empatiza a la perfección con la hija de María Teresa.

No obstante, es curioso observar el cambió de Terelu Campos al frente de Sálvame. Se ha transformado en la maestra de ceremonias del linchamiento que acusó en una época. El bochornoso enfoque de la destructiva entrevista a Lucía Etxebarría la semana pasada demuestra que Terelu, para continuar en el programa, acepta cruzar peliagudos límites que jamás traspasó su madre, que siempre supo hacer televisión informativa y entretenida sin caer en la destrucción de sus invitados.

Terelu sabe en el programa donde trabaja. Y, el último viernes, no frenó la tortura a la ganadora del Premio Planeta.  De hecho, la comunicadora se atrevió a decir a  Etxebarría que debía ser responsable de sus propios actos. Lo hizo justo cuando la escritora estaba superada por los bajos fondos del linchamiento del programa.

Quizá, en ese instante, a Terelu se le olvidó que Sálvame también debe ser responsable de sus propios actos. Y ella misma, como presentadora. Son los daños colaterales de intentar sobrevivir en un programa, caiga quien caiga.

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