OPINION

'Los Vikingos' arrasan al 'Campamento de Verano' de Telecinco

vikingos antena 3
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El verano 2013 no pasará a la historia por ser caldo de cultivo de nuevos espacios de producción propia de las cadenas. A diferencia de antaño, las televisiones prefieren esperar a otoño y no gastar demasiado en el periodo estival. Esta austeridad está sirviendo para que den la sorpresa en el prime time ficciones norteamericanas que, al final, no han sido enviadas a la programación de los canales secundarios.

Así ha sucedido con la apuesta de Antena 3 por Vikingos que se estrenó anoche y se convirtió en líder del día, con más de 2,3 millones de espectadores de media y un promedió del 17,8 por de share con su doble entrega. La ficción de History Channel fue seguida por el 16,8 por ciento de share en el primer capítulo y el 18,8 por ciento de la audiencia con el segundo. Ahora habrá que ver si se mantiene en esos datos o desciende la próxima semana.

Pero, lo que está claro es que el aterrizaje de Vikingos superó en 5,4 puntos al polémico reality de Telecinco Campamento de Verano, que sólo logró un 11,4 por ciento de share. Los conflictos histéricos del espacio inventado por los mismos creadores de Sálvame no interesaron al público mayoritario que prefirió esta producción realizada para un canal temático. También, además, esta ficción duplicó la audiencia de CSI Miami.

El dato de audiencia del prime time de Antena 3 fue la guinda para un buen día para todas las temáticas de Atresmedia (Antena 3-La Sexta) que alcanzaron su máximo histórico con un 12 por ciento de cuota. Por primera vez, todas las temáticas de este grupo de comunicación superaron la barrera de los dos puntos de audiencia.

La positiva acogida de Vikingos se suma al estreno de Arrow, el pasado 18 de julio, que también en Antena 3 superó en espectadores a los líos de Campamento del Verano, que Telecinco ya casi emite a diario como rentable programa comodín. No obstante, parece que la tele-realidad ya no es tan eficaz para arrasar en audiencias cuando desprende unos resortes prefabricados que, lejos de comedias o aventuras, buscan sólo provocar conflicto gratuito, gritos histéricos y el morbo más obsceno.  Al final, el público tiene más escrúpulos de lo que algunos creen.

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