OPINION

Mariló Montero regresa a 'La Mañana' con más crónica negra y eliminando la tertulia política

Marilo Montero La Mañana
Marilo Montero La Mañana

Los espectadores fieles del programa están criticando en las redes sociales el despido del Doctor Gutiérrez.

Analizamos el regreso del formato matinal a TVE.

La Mañana de La 1 ha regresado renovada. El matinal de la cadena pública ha comenzado con cambios significativos. Para empezar, el formato ha suprimido la mesa de debate político. En cambio, se da más peso a los sucesos y temas sociales. De esta forma, ya no existe ningún programa en TVE que reflexione sobre los conflictos que ocupan al Gobierno. Sólo se puede hablar de la actualidad política en los informativos bajo el control de Julio Somoano y La mañana de La 1, que ahora pasa a denominarse La Mañana de TVE, se convierte en el único magazine matutino que no cuenta con una mesa de análisis político.

El fin del debate gubernativo será la principal diferencia con sus rivales, pues en el resto de contenidos la dirección de Televisión Española ha optado por ir a rebufo de la guerra matinal entre las dos grandes cadenas privadas. Y es que lo que sí ha incorporado Mariló Montero es más presencia de la crónica negra en su programa. Incluso hoy volvieron a tratar el caso de Marta del Castillo. Intentando, así, emular la fórmula de éxito de Espejo Público y Ana Rosa Quintana, aunque sin pretender crear contenidos complementarios y alternativos para los espectadores de La 1, como sería la función lógica de una televisión pública que no lucha por la publicidad.

En definitiva, La mañana de La 1 ha vuelto sin política, con más peso del género de los sucesos y, sobre todo, con más Mariló Montero.  De hecho, visto el primer programa de la temporada, ya sin el Doctor Gutiérrez en el apartado de salud, Montero gana peso como conductora. La presentadora es más protagonista, sin compartir plató con el desparpajo de Luis Gutiérrez, que ha sido despedido, o las noticias de Inés Paz, que supuestamente será recolocada en el canal. Sin embargo, con estos ceses, el formato ha salido perjudicado: sobre todo ha perdido fuerza su emblemática sección de Saber Vivir.

La hora saludable es más plomiza. El nuevo doctor, el prestigioso Julio Zarco, transmite en cámara frialdad, casi no habló en su estreno, está estático en el rol de conferenciante monótono y no traspasa la pantalla como conseguía su predecesor. Necesita quitarse el miedo escénico, porque esto es televisión. Y, mientras esto sucede, el cambio de médico de cabecera ha levantado críticas en las redes sociales de los seguidores fieles de La Mañana.

Otra de las novedades es el plató, instalado en el mítico Estudio 1 de TVE de 1200 metros cuadrados. No obstante, a pesar de ser uno de los sets más espectaculares de la cadena, la escenografía construida no hace justicia a las notables dimensiones que, en realidad, ocupa el decorado.

Durante la emisión en directo del magazine, además, daba la sensación de que no se había dejado espacio suficiente para movilizar las cámaras entre los elementos de la puesta en escena. El programa no fluía visualmente. Falta rodaje lógico y el plató, aunque es nuevo, no lucía lo suficiente. Parecía ya visto antes.

Y es que la escenografía no sorprendió: es más de lo mismo. Da la sensación de que no se intenta alcanzar más personalidad propia, que marque la diferencia, en nuestras cadenas. Tampoco en contenidos. Menos aún, cuando son tratados con una rigidez demasiado conservadora.  Un error, pues desarrollar un magazine serio en televisión no está reñido con ser un espacio entretenido que irradie química desenfadada entre presentadora, colaboradores y equipo. Y no un ladrillo soporífero, como ha sido esta mañana el programa de TVE. Nada que ver con los espacios diarios que se producían en los años 80 y 90 en el canal público, que derrochaban talento e instinto televisivo a raudales.

La cocina de Sergio, lo mejor de 'La Mañana'

El punto fuerte, a nivel televisivo, sigue siendo la cocina de Sergio. Esta práctica sección mantiene su esencia más cómplice y es el gran acierto del programa. Pero La mañana de La 1 necesita buscar una mayor identidad, para no seguir causando indiferencia en el público.  El programa ya no está en la calle, no es próximo para la audiencia y Mariló Montero mantiene una barrera de superioridad con la que es, a veces, difícil empatizar.

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