¿Por qué las cadenas ya no realizan sus espectaculares galas de presentación de temporada?

El nuevo curso televisivo ya está arrancando, casi sin darnos cuenta. No hay tiempo que esperar, las cadenas lanzan cuanto antes sus formatos estrella para intentar ser las primeras en la conquista del share. Saben que la temporada se promete complicada, muy complicada, y apenas hay tiempo para anunciar lo que viene: mejor poner las cartas sobre la mesa directamente.

La premura de estos tiempos hace que queden ya lejos en nuestro recuerdo aquellas grandes galas que servían como puesta de largo de las nuevas programaciones catódicas. Estas solemnes ceremonias eran todo un acontecimiento social y marcaban el comienzo irreversible de la temporada otoño-invierno. ¿Os acordáis?

TVE, Antena 3 y Telecinco juntaban en una misma noche a sus rostros estandarte y, también, a sus fichajes estelares. Y se organizaba un pomposo evento, en horario de máxima audiencia, que anunciaba, con toneladas de show, las bondades de las nuevas parrillas de cada canal, los nuevos programas, las nuevas series... Emilio Aragón, Concha Velasco, Jesús Vázquez, Rosá María Sardá fueron algunos de los presentadores de estas fiestas de estreno.

Aunque, después, todo quedara en agua de borrajas, el espectador vivía una noche excitante, ya que nuestras grandes cadenas conseguían transmitir la sensación de que estaba sucediendo una cita mediática fuera de lo normal, prometiéndonos el oro y el moro de cara a la nueva etapa. De esta forma, cada canal lograba además definir su identidad de marca y potenciar su personalidad propia como cadena.

Incluso en determinadas ocasiones estas ceremonias salían fuera de Madrid y se realizaban en espectaculares auditorios de capitales de provincia, como hizo Telecinco al trasladar a todos sus presentadores al Palacio de Festivales de Santander o la propia TVE con un sarao desde el impresionante auditorio, excavado en una cueva, de los Jameos del Agua, en Lanzarote. Allí, en los Jameos, Amistades Peligrosas cantaron aquello de Estoy por ti, canción con la que La Primera (ahora, La 1) nos promocionaba insistentemente sus apuestas estelares de la parrilla en 1992.

Pero las galas de presentación de temporada televisiva ya hace años que no existen. Quizá estas ceremonias eran demasiado caras de producir. Quizá las cadenas son conscientes de que el público ya está más resabiado y es menos impresionable ante shows vende-motos con promesas que sabemos que se van a esfumar en cuanto las leyes de la feroz competitividad se ponen en marcha.

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Foto artículo: cortesía del archivo de Alejandro Macías, más imágenes de la historia de nuestra tele en 'Carta de Ajuste'