OPINION

'Galerías Velvet', ¿una nueva edad de oro en la ficción española?

GALERIAS VELVET
GALERIAS VELVET

Ayer el festival de televisión de Vitoria estrenó el primer capítulo de Galerías Velvet, la nueva apuesta de los creadores de la elogiada Gran Hotel (Bambú Producciones) y que llegará a la parrilla de Antena 3 esta temporada, cuando la táctica de la programación televisiva lo permita.

Allí estuvimos. Incrédulos al principio ante este pase en primicia. Quizá porque estábamos temerosos con la idea de que esta nueva producción pareciera un 'Gran Hotel 2', disfrazado en unos grandes almacenes de alta costura, pues ambas ficciones comparten algunos elementos. La separación de clases, la ruptura entre ricos y pobres, una historia de amor imposible.... También nos preocupaba el enfoque demasiado femenino de la serie como barrera para alcanzar las grandes audiencias que necesita un prime time de una cadena generalista competitiva.

Pero arrancó el capítulo en el Teatro Principal. Y se derrumbaron todos los prejuicios. Lo hicieron casi de golpe. Para empezar, los primeros minutos consiguen sugestionar a la audiencia en una glamourosa Gran Vía madrileña de mediados del siglo XX, que ha sido reproducida con romántico realismo gracias a la magia de la postproducción digital.

Espectacular envoltorio para crear el universo prêt-à-porter que, al final, sólo es una buena excusa para arropar una historia que sabe jugar con las expectativas del espectador y dar la vuelta a lo que se espera. Y es que Galerías Velvet no es nada previsible. Al contrario.

Además, de nuevo, el equipo técnico de la productora Bambú logra una fotografía cuidada al milímetro, en iluminación y encuadres. No descuida los detalles, pero sin perder la perspectiva de que lo más importante es el trabajo de los actores.

Miguel Ángel Silvestre (Alberto Márquez, hijo del dueño) y Paula Echevarría (la costurera, Ana Ribera) son unos empáticos guapos que encabezan el reparto de Velvet, donde destacan tres grandes de nuestra interpretación: José Sacristán (el jefe de dependientes, Emilio), Aitana Sánchez-Gijón (la jefa del taller, Doña Blanca) y Tito Valverde (Don Rafael), este último está apoteósico como propietario del centro comercial. Todos funcionan, también los personajes secundarios que sirven para desengrasar las tramas prioritarias. Especialmente, la comedia intrínseca de Cecilia Freire (Rita, costurera).

Galerias Velvet será un éxito, al menos en el primer episodio. Estamos ante un producto de ficción redondo en su capítulo de estreno. De hecho, recupera, a un nivel más comercial, la esencia de las grandes producciones que rodó en cine Televisión Española en los ochenta e incorpora enriquecedoras tendencias de los canales norteamericanos: en dirección de actores, en guion, en puesta en escena, en estructura dramática y, sobre todo, en emoción. Porque Galerías Velvet no es una historia de amor, es una historia de emoción. Mucha emoción. De principio a fin.

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