OPINION

El desfile de la Fiesta Nacional: ¿un espectáculo televisivo en crisis?

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La parada militar este año ha costado 823.000 euros, un 16 por ciento más barata que el pasado año y su duración se ha limitado al paso de unidades por la plaza de Neptuno y a la tradicional exhibición aérea de la Patrulla Águila. La austeridad también marca el Desfile militar de la Fiesta Nacional, un evento institucional que, además, es un éxito televisivo, pues siempre rompe las cuotas de audiencias.

Aunque TVE ya no realiza el despliegue de medios de antaño, con el que se logró acercar el desfile al público y hacer más entretenida esta cita en el día de la Hispanidad.

Y es que la Fiesta Nacional da mucho juego de cara a la realización audiovisual. Se trata de un espectáculo lleno de posibilidades a nivel televisivo y periodístico. Porque, sin duda, el desfile es un evento informativo clave cada doce de octubre.

No obstante, en este tipo de emisiones institucionales de TVE, hay que reconocer la labor, durante décadas, del realizador Mauricio Rico. Este veterano, junto al equipo de la tele pública, supo exprimir al máximo los ajustados medios técnicos para enriquecer el lenguaje visual del desfile del orgullo militar.

Rico, ya jubilado, calculaba al milímetro la colocación de los distintos objetivos de las cámaras para conseguir la coreografía perfecta de planos. Mimaba cada detalle para que el espectador sintiera la intensidad del acontecimiento. Lo lograba a pesar de los problemas que siempre surgen en el riguroso (e imprevisible) directo.

También fue pionero en incorporar cámaras en las entrañas de los tanques, de los cazas o de las Patrulla Águila. Así la audiencia podía observar el plano subjetivo de los propios militares. Desde tierra o cielo, capturando unas impresionantes imágenes de Madrid. Mauricio Rico no se quedó en una retransmisión convencional, contaba una historia llena de aristas para que el público sacara sus propias conclusiones.

Ahora que vivimos en una televisión exprés, en la que importa menos crear un atractivo envoltorio visual para impulsar la narración más completa de cualquier acontecimiento, debemos recordar y aprender de los grandes como Mauricio Rico y otros tantos realizadores de TVE.

Sin embargo, en los últimos años, este tipo de retransmisiones han ido perdiendo a su multitudinaria audiencia, a pesar de la repercusión informativa que suscitan.

La cadena pública tiene menos presupuesto pero, al mismo tiempo, no se están intentando revolucionar estas tradicionales emisiones echando mano de un lenguaje más actual en conexión con las nuevas tecnologías, la voz de los ciudadanos y las redes sociales. Las retransmisiones de los servicios informativos de TVE han crecido hacia una rígida solemnidad institucional que se aleja del interés cercano de la audiencia. Y este es un problema que antes no sufrían este tipo de directos: ni con gobiernos del PSOE ni del PP.

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