Allá por 1990, José Luis Moreno arrancaba un programa espectáculo en la recién nacida Telecinco. Este show se llamaba Vip Noche y contaba con una azafata que brillaba. Era Belén Rueda.
Moreno se fue. Y Emilio Aragón cogió las riendas del programa, hasta convertirlo en un tremendo éxito. Al mismo tiempo que crecía Vip, Belén Rueda ganaba protagonismo hasta convertirse en copresentadora.
Belén derrochaba frescura y talento y, además, lograba con Aragón una poderosa química que traspasaba la pantalla amiga. Sin embargo, la dirección de Telecinco dio luz vez a su carta de despido, pues no era el perfil de exuberante delantera que buscaban en las presentadoras de aquella etapa. Pero, por suerte, en una visita que hizo a la cadena su accionista principal, Silvio Berlusconi, se encontró con la foto de Belén colgada en el pasillo y soltó “justo este tipo de chica es la que necesitamos”. El despido se frenó inmediatamente, claro.
Había nacido una carrera de éxito. Muy merecida, pues Belén Rueda acumulaba los mejores atributos que debe reunir una presentadora de las que se te quedan grabadas en la retina: espontaneidad, cercanía, sentido del humor y desparpajo sin complejos. La naturalidad en su máxima expresión. De hecho, esta cercanía absoluta se mantiene en las entrevistas de promoción que realiza en diferentes programas, donde no duda, por ejemplo, en ponerse a bailar Thriller de Michael Jackson en El Hormiguero.
Como presentadora, Rueda supo potenciar el interés de programas como La ruleta de la fortuna, Ta tocao o Sin ir más lejos, entre otros. Hasta que, un buen día, el famoso director de cásting Luis San Narciso se fijó en ella como actriz. Comenzaba así su nueva faceta. Y arrancó junto a su hermano televisivo, Emilio Aragón. Con él compartió secuencias en Médico de Familia interpretando a una fotógrafa, Clara, que pretendía enganchar a la audiencia a una nueva ficción que iba a lanzar la productora Globomedia, Periodistas. Y tras la redacción del Crónica Universal, llegó su personaje de Lucía en Los Serrano.
Pero la tele se quedó pequeña cuando San Narciso le recomendó a Alejandro Amenábar que le hiciera una prueba a Belén para Mar adentro. Fue su entrada triunfal en la gran pantalla y ganó el Goya a la mejor actriz revelación. Definitivamente, habíamos perdido una gran presentadora, aunque había nacido una gran actriz protagonista de taquillazos cinematográficos como El orfanato, Los ojos de Julia o El cuerpo, con regresos puntuales a televisión con Luna, el misterio de Calenda o una colaboración en El barco. Su próximo proyecto catódico es B&B, de boca en boca, que lanzará Telecinco en 2014.
REPUTACIÓN DE TRIUNFOS
Las productoras han constatado su tirón y podría decirse que ahora mismo es de las poquísimas actrices en España que es capaz de llevar público a las salas por sí sola. Este viernes, Belén volverá a estar en los cines junto a Ricardo Darín en Séptimo, que produce Mediaset. Y en Navidad llegará Ismael, de Atresmedia, donde hace de madre de Mario Casas.
No obstante, para los más fieles espectadores televisivos, Belén Rueda siempre será aquella sonriente chica que bajaba la escalinata del Ta tocao con una espontaneidad cargada de la cómplicidad más genuina.
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