OPINION

El Principe de Bel-Air, el rey de la reposición

EL-PRINCIPE-DE-BEL-AIR-reposicion
EL-PRINCIPE-DE-BEL-AIR-reposicion

Las mañanas de los canales de TDT nos traen un aluvión de reposiciones que parecen no tener fin. Desde Los Serrano en Factoría de Ficción hasta Walker Texas Ranger en Nitro. Eso sí, hay una serie que se lleva la palma en el arte de la multidifusión: El Príncipe de Bel-Air, que lleva dos décadas instalada, una y otra vez, en nuestra pequeña pantalla. Ahora, en las matinés de Neox.

Corría 1990 cuando esta serie nos descubrió a un joven rapero en bancarrota que apuntaba maneras como actor de Hollywood. Se llamaba Will Smith y daba vida un adolescente conflictivo, criado en un barrio marginal, que era enviado a la mansión de sus tíos multimillonarios para rehabilitarse (y, de paso, liarla con sus ocurrencias).

The Fresh Prince of Bel-Air fue emitida por la NBC y estuvo a punto de ser cancelada en la cuarta etapa, pero el movimiento de fans impulsó dos tandas de episodios más. En total, llegó a las seis temporadas.

En España, empezó a emitirse por la catalana TV3 para, más tarde, pasar al mediodía de Antena 3, donde fue un rotundo éxito. Desde entonces, la programación de esta cadena de televisión ha cambiado mucho, aunque siempre ha guardado hueco en clase preferente para El Príncipe.

En la actualidad, las peripecias de Will siguen vigentes en la cadena hermana menor de Antena 3, Neox. Y es que hay series con historias que no pasan de moda.

UN ÉXITO SIN MILLONARIOS PRESUPUESTOS

Sin grandes derroches de puesta en escena, sólo hacía falta un ajustado decorado en un plató. El resto del talento lo ponían unos guiones ejecutados por un grupo de actores en el punto exacto: El tío Phil (James Avery), la sensata tía Vivian (Janet Hubert-Whitten/Daphne Maxwell Reid, fue interpretada por dos actrices), el inolvidable mayordomo Geoffrey (Joseph Marcell), la prima pija Hillary (Karyn Parsons), la pequeña cómplice Ashley (Tatyana Maria Aliy) y, por supuesto, Carlton (Alfonso Ribeiro, antes había sido bailarín de Michael Jackson en un anuncio de Pepsi), que encarnaba al hijo menor y empollón que, al escuchar la música, movía el esqueleto con una peculiaridad que aún hoy sigue provocando imitaciones de espontáneos en EE.UU. Y es que allí también han repetido hasta la saciedad este ficción.

http://www.youtube.com/watch?v=jHuUNpnOa4U[embed]

No obstante, el gran triunfador de El Príncipe de Bel-Air fue el propio Príncipe de Bel-Air, Will Smith, que supo aprovechar el tirón mediático para labrarse su carrera como actor. Así, en esta serie, comenzó a sentar las bases de uno de sus mejores secretos: sus habilidades sociales. Incluso, en pleno furor de la telecomedia, Smith se vino a España para rodar unas promociones exclusivas para Antena 3 jugando al basket en uno de los platós de la cadena en San Sebastián de los Reyes: ya sabía la importancia de la promoción más cercana, algo que ha hecho a la perfección después con sus mastodónticos filmes. Una proximidad con el público espontánea pero, también, calculada.

Aunque, si por algo es recordado El Principe de Bel-Air es por su sintonía, que a modo de rap nos recordaba en cada capítulo la premisa de la historia. Era fresca, divertida, pegadiza, original y todavía hoy, cada mañana, a partir de las 10 h., se puede bailar en Neox.

http://www.youtube.com/watch?v=Rh8XS4K9ktc[embed]

Y ADEMÁS...

El día que ‘El Príncipe de Bel-Air’ se coló en un capítulo de ‘Blossom’

Las quince mejores sintonías de series de los noventa

La táctica de Will Smith para disparar la audiencia de ‘El Hormiguero’

Mostrar comentarios