Ni en Navidad, ni en verano, ni los fines de semana: Jordi Hurtado parece no conocer el significado de la palabra “vacaciones”. Su audiencia, tampoco. No hay descanso. Tras 16 años en La 2, el éxito de Saber y Ganar no permite que libre ningún día del calendario.
Jordi Hurtado y TVE son inseparables, sí. Y, encima, ahora la cadena pública ha clonado al presentador en formato Lunni. Réplica y persona son clavados. Ambos mantienen la misma lozanía. Vamos, que Hurtado ya puede tirar de 'sustituto' para cuando quiera descansar de tanto concurso diario.
Eso sí, no es el único presentador que cuenta con clon en versión Lunni. También Mariló Montero, Anne Igartiburu, Toñi Moreno, María Escario... y el resto de comunicadores principales de TVE son poseedores de muñeco propio. Pero que nadie se asuste, no es que la dirección de RTVE quiera sustituir a sus populares rostros por dóciles marionetas. Simplemente es la sorpresa que los míticos Lunnis nos tenían guardada para celebrar su décimo aniversario en emisión.
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En tiempos donde escasean los programas infantiles de producción propia, se agradece esta idea para festejar el cumpleaños del planeta Luna Lunera y hacer partícipes, a través de sketches, a todas las estrellas de la cadena, que compartirán gag con su propio muñeco. Además, Clan TVE emitirá el próximo 25 de diciembre un especial en la franja matinal y lanzará un nuevo disco con colaboraciones estelares como Nena Daconte, Paula Rojo o Xuxo Jones.
10 años en TVE, aunque a los Lunnis todavía les queda recorrido para igualar la marca de Jordi Hurtado al frente de Saber y Ganar con casi dos décadas en emisión. El concurso sigue siendo el valor más seguro de La 2. De hecho, es el programa con mayor audiencia de la segunda cadena.
SECRETOS DEL ÉXITO DE 'SABER Y GANAR'
La cercanía y familiaridad de Jordi Hurtado no es la única clave del eterno éxito de Saber y Ganar. El director del formato, Sergi Schaff (responsable de espacios tan míticos como Si lo sé no vengo, El tiempo es oro, 3×4, La luna o Ruta Quetzal), ha sabido dar una sutil evolución al concurso que crece cada temporada. De esta forma, Saber y Ganar no se conforma con quedarse en la dinámica de encorsetadas pruebas clónicas y arriesga con ayuda de mucha dosis de instinto del tele-espectáculo. Los premios no son muy altos, pero el programa mantiene intacta su emoción.
Y es que el equipo de Saber y Ganar no tiene miedo a jugar con la imprevisibilidad de la televisión: puedes encontrarte con invitados sorpresa, reencuentros familiares sorpresa, absurdos efectos especiales sorpresa e, incluso, a Jordi Hurtado cantando un temerario rap o imitando al mismísimo Torrente.
Otra de las claves del éxito es, por supuesto, los concursantes: sabios que se mantienen con el paso de los días hasta conseguir que la audiencia congenie con ellos. El espectador termina cogiéndoles un adictivo cariño (u odio) a través de su larga evolución en el tiempo. Los mejores incluso suelen ser repescados. No hay escapatoria: Saber y Ganar engancha.
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