OPINION

Cierre Canal 9: el último fotograma de una noche berlanguiana

la ultima imagen de canal 9
la ultima imagen de canal 9

Canal 9 ya se ha apagado. Eran las 12,19 de la mañana. La cadena se fue a negro, sin más, sin despedida, sin un plano general de adiós, sin un aplauso, sin un vídeo de recuerdo de la historia del canal. Un mortal brusco fundido a negro mientras se veía un pasillo de la empresa lleno de policías. Esa fue la última imagen.

Así terminaba la noche más larga de la Radiotelevisión Valenciana. La última noche que ha sido escenificada a través de una retransmisión en directo, a modo de trepidante cuenta atrás, con rumbo a la desconexión definitiva.

Era una crónica de una muerte anunciada. Pero nadie presagiaba que las últimas horas de Canal 9 se asemejaran tanto a una película de Berlanga, que reflejaba como una metáfora la mala gestión que había sufrido la cadena en los últimos años.

Todos los ingredientes de esta retransmisión espontánea, de los propios trabajadores defendiendo su televisión pública, parecían escritos por un guionista experto en la España de pandereta. Policías que no dejaban entrar a los empleados, cables que podían ser cortados, reporteros improvisados en busca de los hombres de negro enviados para finiquitar la conexión, la opinión en plató de ciudadanos que hasta ahora eran vetados por censores de la misma emisora...

Y es que la trama de los hechos fue creciendo en intensidad durante toda la noche. "Nos pueden cortar la electricidad en cualquier momento", decían los presentadores con miedo. Cada minuto, parecía el último.

De repente, un reportero improvisado encontró a Paco Telefunken, el antenista que iba a cortar la emisión. La policía escondió a este técnico en un cuarto perdido entre las bambalinas de los Estudios. El apagón estaba más cerca.

Entrada la mañana, lograron entrar al control central, órgano vital de la emisora. Al final, Telefunken pasaba de ser verdugo a héroe, pues decidía que él no podía consumar el cierre de la Televisión Valenciana. "Me voy a casa, no se cierra por mí", sentenció. Y se fue.

Un giro dramático que estiró la agonía unas cuantas horas más. Y en esas horas, la última gran entrevista del canal: la Presidenta de la Asociación de las Víctimas de Metro, Beatriz Garrote, entraba por primera vez en Canal 9, tras años silenciada en esa emisora que ocultó la información del trágico suceso. Los trabajadores se reconciliaban consigo mismos con este acto, otro vuelco de guion: parecía que con esa entrevista Canal 9 podía morir más tranquila al dar voz a personas que jamás tuvieron hueco en sus informativos o programas.

La gestión catastrófica de la RTVV terminó en una especie de reality que mostró la transparente emoción e indignación de unos trabajadores que veían como se enterraban 24 años de su canal autonómico. Y demostraron su instinto televisivo en las últimas horas. Así consumaron un programa que supo mantener la atención de principio a fin, intentando encontrar luz a un final muy oscuro. Ahora, los valencianos pagan los platos rotos de una mala gestión política, su autonómica, Canal 9, ya no existe.

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