De Joaquín Prat a Javier Sardá. De Constantino Romero a Ana Blanco. La radio ha sido la gran factoría de presentadores televisivos, aquellos que saben lograr el equilibrio perfecto entre cercanía, carisma y control absoluto de un plató.
Hoy se celebra el Día Mundial de este invento que siempre ha servido de avanzadilla para la mejor televisión. Y es que la pequeña pantalla sin la radio no habría sido lo mismo.
¿Qué sería de Cuatro sin el Cuarto Milenio de Iker Jiménez basado en Milenio 3 de la SER? ¿Qué sería de El Hormiguero de Pablo Motos sin aquel previo No somos nadie de M80?
Ramón García, María Teresa Campos, Julia Otero, Jordi González, Isabel Gemio, Buenafuente, Luján Argüelles, Ana Pastor... Todos tienen algo en común: se curtieron en la radio. Y terminaron triunfando en la tele.
Estos comunicadores ejemplifican ese tipo de televisión que a veces parece en peligro de extinción, pues no sólo busca bustos parlantes: promueve el valor de la experiencia como sinónimo de éxito. Es cuando en la pequeña pantalla se cree en el talento y la personalidad por encima del físico.
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