OPINION

La Voz Kids: tres claves de su estratosférico éxito

la voz kids final
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El programa llega hoy a la final

España siempre ha sido un país de niños prodigio. De Joselito a Marisol, pasando por Ana Belén. En cine, y en televisión. ¿Quién no recuerda Juego de Niños o Menudas estrellas? Menuda noche, con niños hablando de cosas de mayores, se mantiene diez años de éxito en Canal Sur. MasterChef Junior impulsó con fuerza el maltrecho share de La 1. Y, ahora, La Voz Kids ha llegado rompiendo audiencias, incluso hasta superar al formato original. Y ahí está la primera clave del triunfo del formato de Telecinco:

1. Los niños arrasan con todo.

Los niños haciendo de mayores siempre son un filón de audiencias cuando existe un formato televisivo potente, como es el caso de La Voz, pues su participación en el show potencia la emoción que transmite el concurso adulto. Porque desprenden verdad, espontaneidad e ilusión. Algunos con su ingenua dulzura, otros con sus aires resabiados. Y todos enganchan con sus imprevisibles salidas de tono, que aún no entienden el lenguaje políticamente correcto. También con sus prematuras dotes para el arte que les hace más vulnerables y, al mismo tiempo, más magnéticos. Si los vídeos de niños arrasan en visitas en Youtube, la televisión no iba a ser menos con chicos disfrazados de artistas que incluso tienen Twitter con el perturbador calificativo de 'Oficial'.

2. La emoción más sensible.

La Voz no es un programa de cantantes, es un show de emociones. Esta característica es clave para el éxito de este programa en Telecinco. El espacio juega con ello: nos muestra las historias que rodean a los pequeños, la emoción de los padres viendo cantar a su crío (mientras comentan el momento con Jesús Vázquez) y la reacción de un jurado ideal para el público más cañí. El programa engancha porque es sutilmente indiscreto a la hora de mostrar la emoción y tensión del plató hasta generar el comentario apasionado en casa y en la red social. El público empatiza rápido, para bien o para mal, con cada mini-cantante y su capacidad de generar asombro. Y en generar asombro un niño siempre es el rey.

3. El poder del formato.

La mecánica de La Voz es extremadamente sencilla. Te puedes incorporar en cualquier momento al programa y es imposible perderte. Las actuaciones son cortas y es fácil conocer a los niños. Y cuando termina de cantar cada concursante dices: “venga, uno más”. En las 'audiciones ciegas', engancha ver si giran, no giran o cómo se giran los miembros del jurado y cuál será la reacción del jurado. Asimismo, en la segunda parte del show, denominada 'las batallas', donde ya no está el morbo de la silla giratoria, se incorpora una nueva tensión: saber a quién de sus “apadrinados” desecha cada coach.

Esta noche, se emitirá la gran final del programa, solo 9 de ellos lograron clasificarse: Raúl, Eva y Carlos Alfredo, del equipo de Bisbal; Carlos, Pilar y María, de la panda de Malú; y Alba, Triana y Eric, de la saga de Rosario. ¿Quién ganará el trofeo? En cualquier caso, esperemos que todos sepan digerir la volatilidad de la efervescencia que produce tocar las dulces mieles del efímero éxito televisivo.

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