OPINION

3 graves errores y 3 grandes aciertos de la actual TVE

TOÑI-MORENO-TVE
TOÑI-MORENO-TVE

El pasado 21 de abril se han cumplido dos años desde que el Boletín Oficial del Estado publicara el Real Decreto-ley que modificaba el modelo creado, en 2006, para garantizar una televisión pública independiente del partido político que se encontrara en el poder. El gobierno suprimía, así, el avance que obligaba a que el presidente de RTVE fuera elegido por el consenso de dos tercios de la Cortes.

De nuevo, TVE sufría el vaivén de los cambios políticos que parecen olvidar el valor y la esencia de la televisión pública de largo recorrido. Y, desde entonces, los responsables de la cadena han visto como su audiencia se ha ido desplomando, al mismo ritmo que la credibilidad de sus informativos, cuyo número de espectadores se ha hundido en tiempo récord.

Pero la historia nos ha demostrado que Televisión Española sabe aprender de sus errores y nunca cesa de sembrar aciertos. Hoy, TVE se muestra algo pérdida, bloqueada, quizá incluso como nosotros mismos, ante un futuro inestable, con unos responsables que parece que no saben, a diferencia de antaño, cómo se hace una televisión que esté en la calle, que conecte con la empatía del público. Porque es el público para quien se hace esta caja tonta que en tiempos pasados demostró ser muy lista: como propulsora de la cultura, de la información, de la formación y, por supuesto, del entretenimiento.

Ante este panorama, TVE debe aprender de sí misma, de tres graves errores y también de otros tres grandes aciertos.

ERRORES

1. EL GASTO EN FÚTBOL

Sin publicidad, no tiene demasiado sentido que TVE se hipoteque en grandes competiciones deportivas que sí están dispuestas a emitir las grandes cadenas privadas. Porque estas retransmisiones suelen ser muy costosas y, además, no fidelizan espectadores. En cambio, ahorrarse su elevada inversión podría servir para potenciar la producción de series, documentales, telefilmes y cine. TVE debe ser un motor que sirva para impulsar el talento de un país. Entreteniendo, arriesgando con proyectos con los que no se atreverían las compañías privadas y, de esta manera, creando una industria más sólida y diversa, que fomente un mercado de trabajo más estable y fuerte en el ámbito audiovisual.

2. FIN DE LA PRODUCCIÓN PROPIA INFANTIL

TVE, durante casi toda su historia, ha sido una gran factoría de programas creados para los más pequeños de la casa. Pero, en los últimos años, ya no se realizan este tipo de espacios. La cadena se centra en comprar series extranjeras para llenar su canal Clan. Y poco más. Incluso El Pizzicato, sobre música clásica y artes escénicas, desapareció. Es lo contrario de lo que ocurre en Inglaterra, donde la BBC, en su sólido modelo de televisión pública como dinamizadora social, sigue apostando por programas infantiles propios para la educación y divulgación. Este tipo de shows, como el mítico Blue Peter, son lo más visto y siguen produciéndose sin cesar. Los ingleses saben de la importancia de este género infantil como servicio público que siembra para el futuro. Y es que los grandes espacios para niños no eran sólo un mero entretenimiento: eran un ilusionante trampolín hacia un país más inquieto, más comprometido y más imaginativo. Y TVE era un referente en crear formatos de estas características: El kiosco, La Cometa Blanca, La bola de Cristal, Cajón desastre, Pic-Nic, Los Lunnis, El Conciertazo...

3. DESCONEXIÓN CIUDADANA

Los informativos de TVE ahora son más institucionales que sociales. Ya no son la referencia de antaño, han sufrido una metamorfosis retro a la hora de organizar los contenidos. De poco sirve una gran pantalla presidiendo el plató si se pierde la confianza de una importante parte de los espectadores: la audiencia ya cuenta con herramientas complementarias para detectar fácilmente si se está intentando teledirigir su opinión propia. Al mismo tiempo, el resto de la programación de la cadena ha dado un giro hacia espacios de poco calado social que van a rebufo de las emisoras privadas y que no logran superar la barrera del diez por ciento de share. La mañana de La 1, Corazón, Entre todos y España directo definen una forma de entender la televisión que no apuesta por las ideas y vive encorsetada en un tipo de contenidos propios sin perspectiva catódica. La televisión pública debe volver a estar en la calle, de verdad. Con formatos que desprendan cercanía y conecten con la curiosidad que no se queda en el tópico.

ACIERTOS

1. RTVE.ES

Paradojas: al contrario que en la emisión tradicional, TVE va por delante en las nuevas tecnologías. Su portal, rtve.es, es uno de los punteros en el sector. Es más, está a la altura de la BBC. La web, dirigida por Ricardo Villa, no se ha quedado en adaptar fórmulas analógicas en Internet y está innovando en la forma de interactuar con la propia televisión.

El público ha dejado de ser un sujeto pasivo, se siente con poder de decisión y rtve.es le abre un gran abanico de posibilidades en constante crecimiento. La oferta ‘a la carta’ es la más amplia de nuestro país. Se puede encontrar online toda la producción de la emisora de los últimos años. También se ha sumado la videoteca del NO-DO y, además, se van rescatando añojos programas y series del valioso archivo de la historia de RTVE. Uno de los grandes patrimonios del viejo ENTE.

Además, el equipo de rtve.es se esfuerza en crear contenidos ‘extras’, producir ‘especiales’ monográficos de programas, realizar entrevistas propias a personajes de la actualidad, que no siempre tienen cabida en La 1 o La 2, o aportar emisiones alternativas, como promueve la aplicación +24, con conexiones a ruedas de prensa donde el Canal 24 Horas no llega.

2. VIVA LA 2

Escondidos en la segunda cadena, antigua UHF, se encuentran provechosos programas de reportajes como En Portada o de entretenimiento ("y vida moderna") como Alaska y Coronas, que ejemplifican el significado de una televisión pública. Lo logran con un equipo que demuestra que se puede y se debe hacer una programación alternativa que rompa prejuicios y apueste en la creatividad, las ideas, la ironía, el talento, los nuevos lenguajes audiovisuales y la conversación. Este es uno de los más ricos sentidos de la existencia de una cadena pública: entretener, descubrir, reflexionar, jugar, no quedarse en lo preestablecido y generar acontecimientos únicos.

3. TALENTOS DE PRIME TIME

En el prime time de La 1 se ha intentado dar una vuelca de tuerca al género del talent show. Se ha intentado sin demasiado éxito con el género de programas sobre emprendedores, un ámbito aún por explorar. Aunque el último gran triunfo ha estado en MasterChef, un show que encaja con la historia de TVE como una cadena que cree en el poder del espectáculo para aprender de los diferentes talentos de su sociedad, ya fuera con las insólitas habilidades de las pruebas en ¿Qué apostamos?, con los trompazos de pueblos que participan en equipo en El Grand Prix o de los derroteros de nuestra gastronomía con los aprendices a chef. Los shows de entretenimientos son fundamentales en una tele pública constructiva y sana, como también sucede en la BBC. Una televisión que es un acontecimiento social, una televisión con instinto televisivo.

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