OPINION

Telemadrid acoge a 'los clones' de Intereconomía

Los teletipos
Los teletipos

Los rostros que se quedaron fuera de Intereconomía, tras el cese de emisiones a nivel nacional y sus problemas financieros, están encontrando cobijo en Telemadrid.

Los últimos en ser acogidos por la autonómica madrileña son los humoristas del programa satírico Los Clones, que protagonizarán una tira cómica en access prime time. Se llamará Los Teletipos.

De esta forma, los responsables de este programa caricaturesco, Federico de Juan y Luis Ignacio González, vuelven con sus imitaciones a la pequeña pantalla. Lo hacen siguiendo los pasos del periodista y guionista Cake Minuesa que comandó en Intereconomía Daños colaterales, denominado por algunos el Salvados de la derecha, y que ahora es el Ciudadano Cake de Telemadrid.

Con estas decisiones, parece que Telemadrid quiere seguir los pasos de la televisión emprendida por Intereconomía. Lo hace tras el masivo ERE y con unos responsables que demuestran no tener un modelo de negocio audiovisual claro más allá de la posición ideológica.

>Claves de la agonía de Telemadrid

En la última década, Telemadrid ha sido el ejemplo de como la mala gestión política puede destruir un buen servicio público: la autonómica madrileña durante años fue un reconocida televisión de proximidad. Estaba la calle, lograba grandes audiencias, la gente la sentía suya.

Los madrileños conectaban con este canal para saber lo que pasaba en su ciudad y también para entretenerse con una programación que desprendía una contundente personalidad propia, algo inaudito dentro de una comunidad autónoma en donde hasta entonces no era nada habitual que se resaltara la identidad autonómica, pues en Madrid todos los medios se centraban en los contenidos nacionales.

A pesar de los años dorados de la cadena, desde la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad, Telemadrid se fue convirtiendo en un altavoz propagandístico sin complejos. La audiencia empezó a desconectar un canal que ya había dejado de estar en la calle. Incluso los programas de entretenimiento, excepto Madrileños por el mundo, intentaron repetir roles televisivos desfasados y, como consecuencia, no funcionaron. La confianza del público se desvaneció y arrancó una grave crisis de audiencias de la emisora.

Con mínimos de share y una parrilla sin contenidos próximos, Telemadrid perdió la perspectiva de lo que significa hacer televisión de cercanía. La emisora se transformó en un debate desde la trinchera y, en la actualidad, lejos de recuperar su carácter e identidad para potenciar su audiencia, da la sensación de que se pretende reproducir controvertidos roles de una televisión privada también marcada por su posición editorial, Intereconomía.

Pero el futuro de una televisión autonómica pasa por contar con unos contenidos en los que toda la sociedad se pueda sentir reflejada, toda, para potenciar su crecimiento, aprendizaje y riqueza, para ser más consciente de su tiempo y, así, coger las riendas con ideas hacia su futuro. Telemadrid lo consiguió. Eran otros tiempos para la lírica (y la credibilidad política).

> El declive de Telemadrid, a análisis

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¿Tienen sentido las televisiones autonómicas en la actualidad?

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