OPINION

18 años del estreno de 'Sorpresa, Sorpresa' con Isabel Gemio

SORPRESA, SORPRESA ISABEL GEMIO
SORPRESA, SORPRESA ISABEL GEMIO

"Acompáñame, una noche más y verás que increíbles sorpresas te llevarás". Así, con esta letra de una sintonía pegadiza, arrancaba tal día como hoy, en 1996, Sorpresa, ¡sorpresa!. En directo, desde el Teatro Adolfo Marsillach de San Sebastián de los Reyes, Isabel Gemio salía de un paquete de regalo gigante y afrontaba un maratoniano espectáculo que buscaba emocionar al público con increíbles sorpresas. Lo consiguió. Daba igual que te encontraras en la grada del auditorio, en tu casa o en un cine, Isabel podía aparecer en cualquier instante para asombrarte. De hecho, ella nisma repetía esa efectista frase de "yo lo sé todo" cuando "atracaba" a sus víctimas.

Con Sorpresa, ¡sorpresa!, Giorgio Aresu traía a España un show que estaba triunfando con Raffaella Carrá en Italia, Carràmba! che sorpresa, y que a su vez estaba basado en el británico Surprise, surprise. Y consiguió adaptar el formato a la televisión cañí hasta convencer a audiencias millonarias. 9 millones de espectadores llegó a congregar el programa, en el que todas las piezas necesarias del puzzle encajaron: emoción, tensión, ilusión y, sobre todo, verdad.

Porque la clave del éxito estratosférico de Sorpresa, ¡sorpresa! es que transmitía verdad, no artificio prefabricado, como ocurre en la mayoría de los programas de estas características hoy en día. El sentimiento de las personas sorprendidas era genuino. Nada se intuía como preparado de antemano, porque no había trampa ni cartón: sólo un gran despliegue de medios técnicos, conexiones vía satélite y creatividad para no dejar de impresionar al espectador ni un minuto. Eran otros tiempos en los que las cadenas se permitían grandes presupuestos para abrazar el triunfo. Incluso había un sofá que salía de debajo del escenario como si fuera un ascensor de última generación.

Tampoco faltaban los personajes famosos. Apariciones estelares que no podían anunciarse con antelación. Se prefería cuidar la magia del espectáculo en lugar de intentar potenciar el share promocionando la visita de un nombre popular. Lo mejor era que la audiencia pensara que cualquier cosa podía pasar cualquier día.

Cher, Whitney Houston, Jeremy Irons, Spice Girls, Shakira. Sophia Lorem o Backstreet Boys fueron algunos de los vips internacionales que se prestaron a participar en el mítico Sorpresa, ¡Sorpresa!, entrando de lleno en el show. Jugando con el programa. Y las fans perdían los papeles, claro.

Había nacido un programa que era todo un carrusel de sensaciones. De la empatía al enternecimiento, pasando por el lado más cómico de los participantes. Y todo comandado por una presentadora en el apogeo de su trayectoria: Isabel Gemio fue el alma imprescindible del espectáculo, controlando cada rincón del plató, cada fila de la grada, cada conexión con el exterior, con un carisma indudable, apabullante, todopoderoso. Como todopoderosos eran los abundantes y espontáneos momentazos televisivos que nos dejó este espacio, clave en la historia y evolución de Antena 3. Aquí unos cuantos:

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