OPINION

Lo que no se vio por la tele de la boda de los Príncipes de Asturias

BODA-LETIZIA-Y-FELIPE
BODA-LETIZIA-Y-FELIPE

Tal día como hoy, pero de 2004, un aguacero caía sobre Madrid mientras se casaban los Príncipes de Asturias. TVE, como cadena pública, daba la señal institucional del acto (capeando la tormenta) a todas las televisiones nacionales e internacionales.

Fue uno de los mayores despliegues técnicos y humanos de la historia de Televisión Española. En total, fueron 50 horas de programación especial, donde se utilizaron 27 unidades móviles y 200 cámaras. 62 cámaras se instalaron en la catedral de la Almudena, 24 en los exteriores del Palacio Real, 45 en el recorrido por las calles de Madrid y otras tantas en la Basílica de Atocha, donde, por la lluvia que inundó la alfombra roja, se tuvo que improvisar un caótico recorrido por la fea puerta de atrás.

Al frente del costoso operativo estuvo Javier Montemayor, habitual ayudante de Pilar Miró y uno de los mejores realizadores que ha dado nuestra televisión. Montemayor, disputado a nivel internacional para la realización de pruebas de atletismo en los JJ.OO, demostró estar a la altura del acontecimiento al sacar un armónico partido visual a la ceremonia, pero sin perder la perspectiva de su función como director de una retransmisión institucional.

La responsabilidad pudo con la indiscreción televisiva. Y este detalle fue muy criticado por las cadenas privadas que, rápidamente, denunciaron una emisión demasiado fría. Pero Montemayor hizo un trabajo encomiable, consiguiendo mostrar una desconocida belleza de la Almudena (catedral difícil, televisivamente hablando) y logrando colocar cámaras, con disimulo, en los lugares más hostiles del templo.

Recordado, y repetido hasta la saciedad, fue el momento en el que Froilán empezó a dar pataditas durante la ceremonia. Hubo más que no vimos. La lluvia obligó a Letizia a salir del Palacio Real en un Rolls-Royce Phantom, en vez de hacer el recorrido a pie como estaba previsto. Montemayor tuvo que hacer equilibrios para cuidar a la Princesa en la bajada del coche, justo antes de entrar a la catedral madrileña. Y es que salir del vehículo con la majestuosa cola del vestido de Pertegaz fue un deporte de riesgo.

Los contertulios de las privadas echaron de menos esta imagen de la princesa al emerger del coche con su vestido de novia y su poco estética lucha contra la lluvia. Aunque Telecinco, que siempre está al quite, logró capturar el momento con una cámara propia, situada frente a la catedral, que tiraba de zoom desde fuera del recinto protegido. Eso sí, la grabación muy nítida no era.

Tampoco vimos el momento en el que Letizia, divorciada cuatro años antes, tomó la comunión. Se acordó no emitir ese momento de la ceremonia. No obstante, un operador de cámara de Televisión Española decidió, a título personal, inmortalizar el instante porque creyó que era otro hecho histórico más del enlace real y que TVE debía contar con esa imagen. Ahora ese plano está guardado, bajo siete llaves, en algún lugar del valioso archivo de TVE.

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