OPINION

¡1.310.000 euros! Paz Herrera se llevó el bote de 'Pasapalabra': estas son las claves del éxito del concurso

paz bote pasapalabra
paz bote pasapalabra

La arquitecta en paro completó 'el Rosco' y se hizo con la cifra millonaria.

Bote conseguido. Paz Herrera, la arquitecta en paro de Cantabria, logró ayer completar 'el rosco 'de Pasapalabra y embolsarse 1.310.000 euros Lo hizo al contestar la última cuestión: "¿apellido del compositor autor de la obra ‘El concierto de los animales’ de 1886? Camile Saint-Saëns”, sentenció... y acertó.

> ver el momento 

Herrera llevaba cinco meses como concursante. Con su carácter tranquilo, arañaba el triunfo casi a diario. De hecho, es la participante que más tiempo ha aguantado en el concurso: 136 programas en total, 86 en esta última etapa y 54 en 2013. Entonces, consiguió 62.400 euros a casa. Y es que Paz era repetidora.

Eso sí, no ha podido superar la cifra económica de Juan Pedro Gómez, que en julio cobró un cheque de 1.674.000 euros, 364.000 euros más que los de la propia Paz. Fue el premio más grande entregado en el Pasapalabra de Telecinco, pero no en la predecesora versión de Antena 3. En la cadena rival, se entregaron 2.190.000 euros en 2006.

Y Paz se rapó el pelo para celebrarlo, como ya es tradición en el programa. También ella, junto al resto de invitados, se hicieron un selfie a lo Ellen Degeneres que anoche ya superaba los 100.000 retuiteos.

Era la celebración de un premio otorgado por el concurso de mayor éxito de nuestra pequeña pantalla de hoy. Un juego que atesora seis claves para su infalible y duradero liderazgo en audiencias. Su éxito se trata del otro bote millonario, el que se lleva Telecinco cada día, porque Pasapalabra no falla, incluso en muchas jornadas el programa alcanza el mayor share de todo el canal canal. ¿Cómo lo consige?

1. Concursantes de andar por casa.

Los jugadores no son catedráticos aburridos: son gente de la calle, sabios aunque cercanos, personas espontáneas que comparten sus vivencias, sus filias, sus fobias, sus manías… Empatizan con el público, pueden caer bien o mal, pero siempre transmiten ante la cámara porque sus perfiles son muy reconocibles para el espectador.

2. Un juego para toda la familia.

Las pruebas que se realizan cuentan con la dificultad adecuada: así fomentan que la gente concurse desde sus casas, el espectador se siente partícipe y no excluido: puede contestar las preguntas. De hecho, desde el sofá, se juega, se debate en familia y, en ocasiones, hasta se responde más rápido que el concursante en plató. El público lo disfruta, compite y reta al televisor.

3. Famosos sin delirios de grandeza.

Los padrinos populares son el valor añadido en Pasapalabra. La audiencia se divierte viendo como se desenvuelve personalidades de la ‘farándula’ fuera de su ámbito. Aquí no sólo van de promoción, también tienen que demostrar su desparpajo ante las pruebas, produciéndose, en ocasiones, situaciones muy distendidas, ya que el programa (y su presentador) crea un clima de confianza en donde estos ‘famosos’ olvidan cualquier coraza y se dejan llevar por su instinto del espectáculo.

4. Christian Gálvez, el cuñado ideal.

Gálvez logra una naturalidad arrolladora, lleva el ritmo del espectáculo sin que se note y demuestra una irónica rapidez de reflejos a la hora de retar a los concursantes. El espectador se siente cómplice de un maestro de ceremonias que da mucho dinamismo al show y que, además, es el yerno ideal para cualquier madre.

5. Resplandor de luz.

En los últimos años, los platós de los concursos han apostado por la tensión de la oscuridad con toques azulones. Todos parecían iguales. En cambio, Pasapalabra ha marcado la diferencia con una puesta en escena muy luminosa, donde manda el amarillo y el azul. Un envoltorio muy festivo en el que cobran fuerza las proyecciones con movilidad, tanto en la gran pantalla que preside el decorado como en los Leds. El ojo del espectador no descansa ante estos impactos visuales que son muy útiles para fomentar que el público no baje la guardia durante el espacio.

6. La emoción que traspasa la pantalla.

En televisión nos gusta el drama. Todo programa, magazín o concurso debe tener su pequeña trama como si de la mejor ficción se tratara. Incluso si hay una broma recurrente mejor. Así es más fácil que se mantenga la atención en alto para que el espectador se quede pegado a la pantalla hasta el final. O, de lo contrario, se perderá si el concursante, que ya nos cae bien o mal, acierta el reto final de ‘el Rosco’, donde está solo ante el peligro.

Pasapalabra transmite a la perfección esa emoción real antidesgaste, que consigue que el formato no parezca repetitivo tantos años después.  El bote millonario es el objetivo de los concursantes, un bote que se traduce en otra cifra millonaria: la audiencia fiel que aprende, juega, disfruta y, sobre todo, se evade cada tarde.

Y ADEMÁS…

 ¿Tongo en Pasapalabra?

Juan Pedro Gómez, el parado que ganó el mayor bote de ‘Pasapalabra en Telecinco

Mostrar comentarios