Y terminó Aída. Y volvió Aída, y también la Lore y Toni. Han sido 237 episodios de la ficción de Globomedia para Telecinco, uno más que Friends, la gran sitcom norteamericana por excelencia.
Aída nació como spin off de 7 vidas, pero se marcha consolidada como referente en el humor patrio en televisión y tras haber hecho reír a espectadores de todas las edades y todas las clases sociales. Muchas son sus hazañas, pero sobre todo una: haber sobrevivido a algo que parecía imposible, la marcha de su personaje principal, que daba nombre a la propia serie. Esto ha sido posible gracias a la presencia incombustible de la otra gran estrella del reparto, Paco León, y al buen hacer de su equipo de guionistas y de su productora, que añade una serie mítica más a su curriculum.
No faltó nadie en el último episodio con una accidentadísima boda de Soraya y Chema en medio de un coto de caza, con sus disparos, palomas muertas y hasta una tormenta. Boda que al final fue doble boda, pues también se casaron Luisma y Paz. Un cierre que logró un gran dato de cuota de pantalla, 22,2 por ciento, con 4,2 millones de espectadores que estaban expectantes con el desenlace.
El gran momento de la noche fue cuando Carmen Machi regresó por sólo unos minutos a la serie, aunque su presencia fue prácticamente simbólica, igual que la aparición de Ana Polvorosa. De hecho, ni Machi ni Polvorosa estuvieron en la última secuencia en el Bar Reinols, con Luisma y los demás despidiéndose del famoso antro de Mauricio Colmenero, quien decidió cerrar su bar para emigrar a Ecuador con Machupichu y la Macu.
"Algo que nos ha dado tantos buenos momentos no cierra nunca", dijo Paz, hablando del bar pero también haciendo una metáfora sobre la propia serie. En los últimos segundos, supimos que Aidita estaba embarazada y a punto de escaparse de casa. Como hicieron su madre Soraya y su abuela Aída. La historia, por tanto, se repite.
¿Habrá spin off con Aidita? No, pero bien podrían hacer uno con Soraya, reina indiscutible de este último capítulo gracias al instinto y el arte de la actriz Miren Ibarguren, que con el paso del tiempo ha conseguido hacer algo muy personal y desternillante con un personaje que arrancó sin demasiada identidad.
"Cerramos, ¡hasta siempre!", podía leerse en un cartel en la puerta del Bar Reinols en el último plano de Aída. Un final menos emocionante de lo esperado, pero sí coherente, tierno y cómplice con sus millones de seguidores fieles durante estos años. Atrás quedan muchos momentazos y un montón de personajes para el recuerdo, tan imperfectos como queribles y, sobre todo, reconocibles.
Se va Aida, con su lugar ya ganado en la historia de la tele. Pero seguro que nos quedarán sus abundantes reposiciones en los canales de Mediaset... Sin ir más lejos, anoche repusieron el episodio 200 tras el desenlace.
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