Tras el fracaso de La Roja en el Mundial, Telecinco estrenó anoche su nueva apuesta de tele-realidad. Se llama Ex, ¿qué harías por tus hijos?, reúne a diferentes parejas rotas y sólo consiguió un flojo 13 por ciento de share, a pesar de no enfrentarse a grandes rivales en el prime time.
La cadena ha 'internado' a padres divorciados en Fuerteventura. Allí deben superar diversas pruebas físicas y mentales, mientras conviven en un hotel rural. Todos luchan por un objetivo: alzarse con 100.000 euros que serán depositados en un fondo fiduciario a nombre de sus hijos, del que no podrán disponer hasta que los menores alcancen la mayoría de edad.
Pero, en el camino, también deberán pelear con sus sentimientos al volver a convivir con sus 'ex' y, además, conocer a otras personas en una situación parecida. El conflicto y los enredos están, por tanto, latentes en este nuevo show que recuerda a una nueva reinvención playera de Gran Hermano.
De hecho, la posición de cámaras con la que se nos muestra a los participantes en el hotel sigue la misma estructura visual de GH. Aquí no está Mercedes Milá, pero los participantes parecen dispuestos a dar el show que consume ansioso el público fiel de Telecinco.
El canal principal de Mediaset encuentra, de esta forma, su recambio de tele-realidad para las vacaciones estivales. Si el año pasado apostó por El Campamento de Verano, la emisora produce ahora otro tipo de campamento, sin famosos, donde se ponen a prueba los sentimientos.
LOS PROBLEMAS DEL PRIMER PROGRAMA
Sin embargo, el primer programa arrancó con mal pie. Emma García estaba demasiado atada al guion y el espacio evidenciaba constantemente que era enlatado. Además, la puesta en escena del plató era bastante fría, a pesar de reutilizar los restos de la escenografía de Supervivientes.
'Ex' presentó a los concursantes con poco ritmo. Era complicado seguir la trama del primer programa sin caer en la tentación del zaping. Un estreno, por tanto, insípido que sólo puede impulsar su cuota de pantalla con el rodaje. El espacio necesita que, esta semana, aumenten los 'líos' entre sus protagonistas, su presentadora impregne personalidad propia al guion y, sobre todo, no se tomen tan en serio el formato. El espectador quiere emoción, pero también pasión y humor. De lo contrario, 'Ex, ¿qué harías por tus hijos?' se desvanecerá tan rápido como ha llegado.
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