En las redes sociales circula con fuerza un vídeo de una tertulia de Telemadrid en la que Hermann Tertsch repite, como si tal cosa, que el líder de 'Podemos', Pablo Iglesias, matará a gente si llega al poder.
En sólo 30 segundos el editorialista de Telemadrid repite hasta seis veces que matarán a gente. Y todo desde la palestra de un canal autonómico que, aunque ha renovado su programación con dos nuevos magazines, no logra subir la audiencia porque el público lo considera una trinchera de propaganda política extrema. Ya no conecta con los espectadores.
Telemadrid pasa desapercibido -incluso se ha arrinconado en el mando a distancia- a diferencia de antaño, cuando era una de las cadenas autonómicas más vistas y más cercanas. Ahora el canal sólo tiene repercusión por situaciones como éstas, que amplifican la indignación por la televisión pública madrileña.
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¿Todo vale en la guerra dialéctica de una tertulia? En los últimos años, las tertulias se están llenando de titulares efectistas, de un lado y del otro, que sólo buscan el enfrentamiento como si del programa Tómbola se tratara. Los contertulios lanzan sus pensamientos al aire, como si estuvieran en un bar, buscando el efectismo y los miedos de los votantes. El acalorado enfrentamiento con sensacionalistas declaraciones puede jugar a favor del espectáculo televisivo, pero no a favor de la credibilidad política ni periodística. No todo vale. Y el moderador, en estos casos, debe moderar. No dar alas a discursos contaminados que no contrastan, sólo sueltan, sin pruebas, rimbombantes temores.
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