OPINION

El grave problema de TVE con la susceptibilidad de la audiencia

tve susceptible
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La pérdida de credibilidad de los informativos de Televisión Española es evidente como factor social. Tras años de búsqueda de la pluralidad más objetiva en los 'Telediarios', la audiencia ya no entiende (y no acepta) que la corporación pública haya dado un paso atrás en este sentido. De la televisión que intentaba ser independiente a la televisión que quiere ser oficialista. De tomar el pulso a la calle a volver a los 'noticiarios' que viven en las ruedas de prensa.

Y ese problema de pérdida de confianza ciudadana se ha multiplicado hasta hacer mella en la población y salpicar al resto de la programación de TVE: sean series o formatos de entretenimiento. En esta línea, de fomentar una imagen de marca de televisión retrógrada, no ha ayudado contratar una gala a lo 'noche de fiesta' de José Luis Moreno, que ha resucitado fantasmas (ligeros de ropa) del pasado. Tampoco los debates sin debates con tertulianos monocolor, la telelimosna del ya desaparecido 'Entre todos' de Toñi Moreno o Mariló Montero  defendiendo el Toro de la Vega, por ejemplo.

La cadena pública se mira con lupa. Como debe de ser. Pero, en estos momentos, la susceptibilidad es tanta que gana fuerza un prejuicio falso que favorece el descrédito del sentido fundamental de la televisión pública para un país como España. Las malas decisiones que se han tomado a raíz de cambios políticos, muchas veces en contra de lo que significa hacer televisión, han propiciado que se multiplique la indignación, la incredulidad y la desconfianza en TVE hasta el punto de que simples errores cotidianos sean tomados como conspiraciones maquiavélicas. ¿Estamos demasiado irascibles con Televisión Española? Motivos hay muchas veces, pero no las mayoría de las veces.

Así ha pasado esta última semana, cuando se levantó un huracán porque en las bases del nuevo concurso ¿Quién manda aquí? quedaban excluidas familias homosexuales y homoparentales. Rápidamente, se acusó de homofobia. Aunque, en realidad, no fue ninguna orden homofóbica desde las altas esferas. Simplemente el programa no se percató de este detalle. Como cualquier casting que se realiza en una serie, el concurso buscaba, para arrancar sus emisiones, a unos primeros perfiles que fueran reconocibles con su target inicial.  Sin discriminar a nadie. Pero esto tampoco se ha sabido explicar bien.

Lo mismo sucedió este lunes con un tuit que recordaba la muerte de García Lorca. "#TalDiaComoHoy nos dejaba Federico García Lorca". "No nos dejó, lo asesinaron". reprocharon los tuiteros indignados. Con razón. Fue un mal desliz. Pero la percepción social que existe contra TVE es tan demoledora que todo parece intencionado con maldad.

Y eso es un grave problema para la salud de la cadena, porque al final esta percepción social sólo conseguirá que no se entienda la importancia de la televisión pública. Una importancia como motor social, divulgativo y creativo que es difícil comprender para las nuevas generaciones, que no están conociendo la mejor TVE por estancadas gestiones políticas que, además, se olvidan constantemente de los más jóvenes. Pero no hay que dejarse llevar siempre por el prejuicio, porque en Televisión Española se hacen más cosas buenas que malas. Hay una legión de profesionales que entienden y conocen la televisión, que creen en las ideas y que están por encima de las trincheras ideológicas interesadas. A ellos siempre hay que darles una oportunidad. Porque TVE también se merece una oportunidad.

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