OPINION

Netflix: la televisión del futuro desconfía de España

house of cards
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Este lunes, la televisión norteamericana se disputa sus premios Emmy como cada año. Juego de tronos, Breaking Bad, Mad Men o True detective están en la pugna por unos galardones en los que por primera vez destaca la ausencia de Homeland y en cuyas nominaciones brillan también dos particulares producciones: House of cards en drama y Orange is the new black en comedia.

¿Por qué son particulares? Porque no han sido estrenadas en una cadena de televisión de forma tradicional. House of cards y Orange is the new black son productos de Netflix, la innovadora plataforma de contenidos bajo demanda online en USA, que está resultando todo un fenómeno también en producción de contenidos de ficción propios.

Netflix pone a disposición del espectador, a sólo un clic, cine, espacios televisivos y series de producción propia sin horarios y sin esperas. De hecho, cuando estrena sus series, cuelga todos los capítulos de la temporada de golpe, el mismo día: el espectador decide cuándo y cómo los quiere ver. Se autoprograma su contenido, sin esperas. Y paga por ese privilegio. Es el valor añadido de la compañía, que así está plantando cara a las cadenas convencionales. Y no ha hecho más que empezar.

En tiempo récord, Netflix se está convirtiendo en Estados Unidos en una reconocida factoría de ficciones. House of cards ya destacó en los Emmy del año pasado y este año vuelve a competir en una decena de categorías junto a la revelación de Orange is the new black, que es la favorita en los apartados de comedia.

A través de dispositivos como la PS3, Wii, Xbox, PC, Mac, tablets o una simple smart tv, se puede acceder a esta innovadora plataforma que se expande por el mundo pero que, de momento, no tiene demasiado claro si debe instalarse en España, un país con un sistema de distribución de derechos que se resiste a evolucionar y con una audiencia que no cuenta con tradición en la televisión de pago, ya que la población mayormente no entiende que hay que pagar para que los productos de ficción se sigan financiando. Busca la alternativa pirata.

De momento, sólo ha habido especulaciones. Se habla de la llegada de Netflix a nuestro país en 2015 pero la realidad pesa: España ha aparecido en los últimos años en "la lista negra" que Estados Unidos elabora con los países con los que no es recomendables hacer negocios relacionados con la propiedad intelectual. Y el hecho es que los datos recaudados por el VOD (vídeo bajo demanda) en España (con plataformas como Wuaki o Filmin) aún no son prometedores.

¿Se producirá un cambio progresivo? ¿Ayudará que la plataforma Netflix se instale aquí con su ventana abierta y fácil a contenidos de calidad o será un estrepitoso fracaso en nuestras tierras? En cualquier caso, lo más probable es que este domingo veamos a las dos series de Netflix hacerse con unas cuantas estatuillas, demostrando que el camino está trazado hacia nuevas formas de producción y consumo. Aunque España aún esté a la cola.

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