OPINION

El desafío de Canal Plus: aquella vanguardista cadena que no encuentra su sitio en las redes

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Canal Plus nació en 1990 como una extraña frecuencia que había que pagar por ver. Y era necesario explicar eso de la televisión de pago a la sociedad española. Con tal fin, se decidió componer un curioso rap para un spot protagonizado por un impresionante elenco de personalidades de la vida pública. Casi no faltaba nadie: desde Rocío Jurado a Fernando Savater, pasando por Leticia Sabater, Las Virtudes, Antonio Resines, Nacho Duato, Ramón Mendoza, Alfredo Kraus, Concha García Campoy o Miguel Bosé. El resultado fue una promoción tan eficaz como rompedora y vanguardista.

Se habían sentado las bases de la identidad de Canal Plus, que, a partir del modelo francés, buscaba marcar la diferencia como cadena de calidad que no quería ser apta para todos los públicos. Convertirse en abonado al Plus te distinguía del resto de la masa. Esa era la gracia.

Y en esos principios, todo lo que contenía la marca Canal Plus brillaba de una forma especial: las cortinillas de paso a publi, los programas... Incluso Maribel Verdú y Fernando Guillén Cuervo comandaban un programa de cine, Primer plano, que no era un simple programa de cine. Desprendían complicidad, acidez y magnetismo, y el resultado era modernísimo para aquellos años. Después vendrían formatos como el recordado Lo más plus o Magacine. Siempre derrochando una personalidad consciente de su tiempo, y de su audiencia.

Veinte años después, Canal Plus sigue produciendo contenidos muy interesantes -el último, Las caras de la noticia- y mantiene las formas en lo que a línea gráfica de emisión se refiere. Pero se ha quedado desfasada a la hora de entender lo que significa Internet. Han creado Yomvi, intentan avanzar en nuevas fórmulas de la tele de pago, pero no aprovechan las redes de forma próxima. Ni mucho menos.

Si Internet hubiera existido en 1990, aquellos que estaban detrás de aquel flamante Canal Plus habrían utilizado las redes como el principal aliado. Hoy, en cambio, parecen el enemigo. A pesar de que podrían incluso colgar buena parte de su archivo de calidad (para generar debate o simplemente despertar recuerdos) en la red o aprovechar Youtube como mayor plataforma en la que dejarse ver, pues es el lugar ideal para promover contenidos propios en abierto. Y que así la gente lo comparta en su Twitter o Facebook. De esta forma, mayor números de personas empatizarían con la marca.

Sin embargo, hoy por hoy, Canal Plus pretende lograr visibilidad en Internet reproduciendo fórmulas que llegan tarde. Sin entender que ahí no está el poder viral. Está ocurriendo, por ejemplo, con una iniciativa como la de Crossover, con la que intentan promover la participación de jóvenes aspirantes a cineastas en un concurso de piezas que desembocará en la inminente nueva edición del Festival de Series que organiza el canal en Madrid, Barcelona y Málaga.

Se supone que Crossover presenta a cinco personajes a través de un episodio piloto de webserie creado por Rubén Ochandiano. Los concursantes deben elegir a uno de esos personajes y desarrollar lo que vendría a ser un siguiente capítulo de esa webserie. Aunque hay premios económicos jugosos, parece que la iniciativa no está cuajando demasiado, empezando por el hecho de que el piloto de webserie que ha hecho Ochandiano apenas se está viendo (1700 visionados en más de dos semanas en Youtube). Puede que sea porque su director no tiene tirón en la red y porque el capítulo que ha dirigido, pese a contar con buenos y populares actores (Diego Martín, Ana Morgade, Fernando Tielve) es completamente contrario a lo que funciona en Internet: en blanco y negro, plúmbeo, de veinte minutos de duración y repleto de "ínfulas autorales". Otro gallo habría cantado con una pieza mejor concebida para las redes sociales y con mentes creativas con mucha más visibilidad en ellas.

Pero deseamos que Canal Plus aún pueda reaccionar, romper, transgredir. De nuevo. En televisión y en Internet. Se trata de encauzar el camino, apostando como antaño por ideas nunca antes vistas. Es lo que se espera de la poderosa marca que crearon en los noventa.

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