El próximo 28 de noviembre La 1 de TVE emitirá el último 'T con T' de Toñi Moreno. El magazine de tarde, que llegó para sustituir al controvertido Entre todos, no ha cumplido las expectativas de audiencia, al rondar siempre datos muy pobres de cuota de pantalla, en torno al 5 por ciento de share. ¿Por qué no ha funcionado el formato?
1. El batiburrillo.
El formato no ha funcionado justamente porque no contaba con un formato. A diferencia de Entre todos que tenía bien marcada su identidad y su controvertida razón de ser: un desfile de testimonios con muchas lágrimas, penas y emoción en busca de la telelimosna y la historia de superación. 'T con T' no contaba una historia compacta, se ha quedado en un batiburrillo de ideas y secciones. Lo mismo un día te realizaban un especial Operación Triunfo, con ex triunfitos venidos a menos, que emitían un reportaje de investigación sobre el Ébola o sobre dietas peligrosas.
2. Lo de siempre.
TVE, en vez de apostar por marcar la alternativa con programas con personalidad propia, ha optado por imitar mal los magazines de los noventa. En contenido y continente. Sin embargo, esta fórmula sólo llega a un perfil de audiencia muy envejecido que, además, también cambia de canal: prefiere otros ritmos que desprendan más verdad y no se muestren tan encorsetados en una insípida reproducción de la entrevista de siempre, el debate de siempre, la crónica del corazón de siempre, las imágenes de archivo de siempre y los testimonios de siempre. Es más, incluso cuando hablaban de actualidad ya llegaban tarde, pues se habían tratado los mismos temas en los informativos y la franja matinal con más gracia.
3. Los lenguajes audiovisuales.
Toñi Moreno se nos presentó en TVE como un animal televisivo. Su espontaneidad funcionaba en un plató a la perfección. Pero, en cambio, en T con T no ha demostrado esa chispa que sacaba en Entre todos. Ahora se ha quedado más atada a las presentaciones guionizadas y estáticas. Como el propio programa, que utilizaba unos lenguajes audiovisuales caducos.
TVE debe huir de los programas condescendientes que ya superaron las grandes televisiones a nivel internacional y fijarse más bien en rostros como Ellen DeGeneres, que ha dado un vuelco a los programas de tarde en USA, conjugando espectáculo, entretenimiento y compromiso y dejando atrás los testimonios morbosos. O como hizo Julia Otero en TV3, abriendo una ventana curiosa y entretenida a la actualidad diaria con un punto de vanguardia, acidez e ironía. Así es la televisión de hoy. La audiencia quiere una cadena pública cómplice e imprevisible que conecte con el espectador en busca de su inteligencia y no a la caza de la evasión de mercadillo.
> El público pasota de Toñi Moreno en 'T con T'
Y ADEMÁS…
El fin de los emblemáticos Estudios Buñuel de TVE. Repasamos su historia
Cuando la política no entiende la esencia de la televisión pública
TVE cumple 58 años en plena crisis
¿Cómo debería ser la TVE que necesitamos en el futuro?
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios