OPINION

Felipe, ábrete un Twitter

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Así ha sido el primer mensaje de Navidad del Rey Felipe VI (a nivel televisivo)

Una año más, TVE ha grabado el discurso del 24 de diciembre del Rey desde el Palacio de la Zarzuela. Un año más que no ha sido un año más, pues se estrenaba en tal cometido el nuevo monarca Felipe VI. Y se ha notado en la puesta en escena. Poco, pero se ha notado.

Al igual que su padre, el discurso ha sido sentado. No de pie como se había especulado. Y fuera del despacho habitual, en una amplia sala con fondos más claros y con una ventana que miraba a un árbol con luces (led) de Navidad. No obstante, se ha seguido presentando el acto en una decoración extremadamente tradicional.

Como es habitual, la realización de TVE ha estado muy medida y consensuada. Se ha apostado por la luminosidad, aunque la principal novedad ha sido incorporar planos en movimiento más allá del zoom. ¡La cámara se movía! Lo que daba más dinamismo a los 14 minutos de parlamento. También se ha introducido el cambio de plano en mitad de las frases, mientras que con Juan Carlos I se realizaban en las pausas de los puntos y aparte para disimular los cortes de grabación.

En ese sentido, para dar más riqueza al mensaje, la planificación multicámara nos ha ido enseñando, por partes, los siempre esperados marcos con fotografías que lanzan guiños desde el fondo de plano. Primero el espectador pudo ver aquellos en los que se encontraba la actual Familia Real. Uno con Letizia apoyada en su hombro, los dos en camisa sin chaqueta, en plan informal. Otro con la Reina y las Princesas. Siempre sonrientes y distendidos. Después, se abrió otro plano lateral que descubrió la imagen con sus padres, Juan Carlos I y Doña Sofía, en el día de la abdicación. No podían faltar.

El mensaje navideño terminó con una recopilación de imágenes de la Familia Real, otra novedad para cerrar la emisión televisiva más importante de una monarquía que afronta un momento en el que gran parte de la sociedad clama por una regeneración que otorgue la credibilidad y confianza en las instituciones y, en esta línea, el nuevo monarca ha centrado su discurso navideño con la pretensión de conectar con la cercanía y proximidad de la audiencia, aunque la puesta en escena no ha apostado por grandes riesgos y ha sido conservadora.

El discurso del Rey es una tradición nacional. Y este de 2014 pasará a la historia por ser el primero de Felipe VI. Pero también se escribirá en los libros como el mensaje navideño en el que comenzó el cambio, tanto en las formas como en el fondo, creyendo en la regeneración, la convivencia, el respeto y un proyecto de recorrido. Pero no debe pasar desapercibido para los nuevos reyes la necesaria revolución de las maneras de comunicación de la monarquía en una nueva era en la que ya no sirven los discursos estáticos y protocolarios construidos en rococós decorados de Palacios separados por varias espinosas verjas de la realidad. Ya está aquí la generación que busca la participación, transparencia e interactividad constante. También con esta monarquía. Felipe, ábrete un Twitter.

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