OPINION

TVE cancela 'El Legado' de Ramón García: el fracaso de la impaciencia

el-legado-tve-programa
el-legado-tve-programa

Era la primera pieza del puzle para intentar armar unas desmontadas tardes de La 1 de TVE. Sin embargo, sólo han bastado dos escasas semanas para que la dirección de la cadena pública haya decidido su cancelación. El Legado ya es historia. Televisión Española ha cerrado su nuevo concurso con la excusa de la insaciable audiencia, pues el programa no logró superar la expectativas de share. Aunque la audiencia se debe estudiar con la perspectiva necesaria y no sólo con una fría media aritmética. Los espectadores no han tenido tiempo de conocer el producto.

El Legado no ha sido un mal programa. Era un formato que venía probado de países como Italia y Francia, donde lleva 12 y 4 años en emisión respectivamente. La dinámica del espacio era fluida y contaba con pruebas interesantes para una cadena como La 1: constructivas,  didácticas y entretenidas. Sólo necesitaba rodaje. Pero no ha existido margen. Ni se ha barajado la posibilidad de reubicar los programas ya grabados en otra franja horaria para probar su competitividad en diferentes tramos de una parrilla muy erosionada, en donde el espectador incluso ha perdido la curiosidad de buscar la oferta.

Nadie dijo que el recorrido de El Legado en las tardes de La 1 iba a ser un reto fácil. Incluso el propio presentador Ramón García reflexionó en la rueda de prensa de presentación del programa sobre que el titular más probable era la cancelación. Pero, ¿tan pronto? ¿Una cadena pública, sin publicidad, debe guiarse sólo con los datos de audiencia? Es la previsibilidad de los tiempos en los que vivimos. Aunque TVE debe romper esta tendencia, pues las tardes son claves para el éxito general de cualquier cadena de televisión.

TVE perdió el liderazgo vespertino, históricamente unido a La 1, tras la marcha de Amar en tiempos revueltos a Antena 3. También ha ayudado la inestabilidad de la directiva en épocas de turbulencias políticas. Con vaivenes constantes en la programación.

Con este escenario, Televisión Española no logrará subir la audiencia de sus tardes sin paciencia. El espectador necesita tiempo de conocer los nuevos espacios. Algunos son un fracaso a primera vista, pero el éxito de otros programas se construye en el medio plazo. De hecho, El Legado tenía mimbres para dar un mayor margen de oportunidad.

No son buenos tiempos para las oportunidades, ni para la paciencia. Pero el porvenir positivo de esa franja horaria sólo pasará justamente por eso mismo: por las oportunidades, el riesgo y la paciencia. Así se forjó Sálvame, El Secreto de Puente Viejo, Ahora Caigo, Atrapa un millón, Zapeando... En tiempos de sequía de espectadores, sólo una parrilla ordenada, estructurada y que sepa medir con inteligencia y perspectiva los tiempos de cocción de cada emisión conseguirá que la audiencia crezca y se estabilice. De lo contrario, el bucle de programas y series cancelados no tendrá fin.

Y ADEMÁS…

¿Son lo mismo los veranos sin el Grand Prix?

El truco de Chicho Ibáñez Serrador que sigue vigente hoy

La impaciencia: el defecto que ve Mayra Gómez Kemp a la tele actual

¿Cómo es la tele pública que nos merecemos?

Mostrar comentarios