Sálvame no es sólo gritos, conflictos y delirios de manicomio. El mejor Sálvame es aquel divertido, jocoso e irónico. Que sabe tratar el propio programa con la distancia adecuada, con un instinto del show arrebatador. Este Sálvame escasea, pues las miserias ajenas (y propias) son el foco principal de la emisión, pero existe.
Ayer se vivió uno de esos momentos divertidos. El controvertido formato rescató a Espinete. Chelo Vivares reapareció en una sección del programa que se llama Se Busca. La mujer que daba vida, desde dentro del disfraz, al mítico muñeco rosa, reapareció. Siempre es emocionante ver a Vivares, sigue trabajando en doblaje y en teatro, actualmente con La Casa de Bernarda Alba.
Pero también estaba una versión de serie B de Espinete. Este clon del puercoespín rosa presidía el decorado del programa. Hasta que Kiko Hernández se puso el traje. Y se espatarró por el plató. Espinete derribado por los suelos de Telecinco. Y con Paz Padilla encima. Una metáfora de nuestro tiempo.
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