OPINION

'Gran Hermano VIP' arrasa con la nominación de Belén Esteban: ¿telebasura o culebrón perfecto?

Belen_Esteban nominada
Belen_Esteban nominada

Gran Hermano Vip arrasó anoche en audiencias, alcanzando un gran 30.7 por ciento de share con 4.138.000 seguidores. De hecho, el reality incluso superó en espectadores a Cuéntame cómo pasó, resultado que no es tan habitual. La serie de Los Alcántara se tuvo que conformar con un 17.4 por ciento de share y 3.354.000 fieles. El dato de GH se propulsó por un cúmulo de circunstancias que lo convirtieron en un programa redondo a nivel televisivo.

Y es que, anoche, el reality estrella de Mediaset dejó de lado los conflictos más chabacanos (que también los hubo) para centrarse en el juego de guion. Porque GH tiene guion, para promover pruebas y crear situaciones en la convivencia. Como Aguasantas histérica por no poder entrar en el cubo.... De ahí que ayer se instalara, en una habitación de la casa, ese elemento, un cubo, con la que se desconcertó a los concursantes. ¿Qué pasaba en su interior? ¿Una habitación del pánico? No, una excusa del guion para incentivar la espontaneidad de las cobayas mediovips que forman el elenco del show.

Las audiencias estallaron. Lo consiguieron gracias a unos concursantes que derrocharon espontaneidad por encima de sus habituales broncas. Y el formato supo contar una historia: con capacidad de crear suspense e incorporar músicas de tensión (o sonido de grillos) cuando la situación lo necesita. No es nada nuevo, pero este jueves la máquina funcionó a la perfección. Vamos, como un buen culebrón pero con un poder añadido: se desarrolla en directo (contagiando ese imprevisible nervio en la audiencia) y, además, contando entre sus filas con la estrella de la telenovela que más horas ha ocupado la televisión en los últimos 15 años: Belén Esteban.

Su arrolladora personalidad, que se ha creído su propio personaje, fomenta un interés extra en Gran Hermano VIP. Ese mismo público que encumbró a la Esteban, como Princesa del Pueblo ahora quiere ver su expulsión del reality. Su personaje ha dejado de ser identificable para la audiencia masiva: ya no es la chica de barrio que fue dejada con una niña en brazos por un torero. Ahora es una millonaria, con tintes autoritarios, que se cree artista. O eso desprende su participación en el formato.

Y ayer Telecinco logró un nuevo golpe dramático: Esteban fue nominada. La semana que viene será, posiblemente, expulsada, con lo que conllevará: las audiencias se propulsarán. Se creará un minuto de oro televisivo. El morbo nacional en alza. Pero no sólo por el morbo de los audímetros, también porque desde Gran Hermano han sabido contar muy bien una historia. Con sus silencios, con sus planos de reacción, con sus miradas. Una historia de patio de colegio que tiene más de culebrón que de telebasura. La única diferencia es que, para bien y para mal, juega con la realidad de vidas que no son de cuento.

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