OPINION

Los jóvenes universitarios, ¿invisibles en televisión?

jovenes ana pastor
jovenes ana pastor

Las nuevas generaciones viven cada vez más desconectadas de la televisión tradicional. Es un hecho. Las tres cadenas generalistas principales se sostienen en gran medida por audiencias envejecidas. Es lógico, pues las personas mayores son las que pasan más tiempo en casa y no están en otras plataformas de consumo de contenidos. Pero hay, además, otra realidad latente: los grandes canales, y especialmente la televisión pública, no abren hueco real a la curiosidad, talento e inquietud de la juventud.

En los últimos tiempos, la televisión de las audiencias millonarias fomenta lo contrario: el tópico de la juventud vacía. No siempre, pero sí casi siempre, la pequeña pantalla realiza un retrato de nuevas generaciones conflictivas, frívolas o simplemente Ni-Nis. Ni estudian ni trabajan, vamos. Incluso, se crea la percepción de que la meta principal de los jóvenes es encontrar el amor en una discoteca de polígono. Aunque esto sólo es una percepción del efectismo del espectáculo televisivo.

Existe vida más allá. De hecho, anoche, El Objetivo de Ana Pastor dio voz a universitarios, que en formato tertulia, reflexionaron sobre la actualidad política en plena resaca del debate sobre el estado de la Nación. El programa acertó en la forma de presentar este debate: escenografía para la ocasión, un plató desnudo, oscuro, y con variopintos sofás sacados del trastero de la productora del espacio, Globomedia. Se creó un ambiente especial, próximo. El formato de La Sexta, de esta forma, se contagió de esa mirada, tan ilusionante como preocupada, de estudiantes comprometidos con su país. Porque existen, también en televisión.

No obstante, el punto de vista de los jóvenes desde la televisión sigue siendo residual. Hace unos meses, Jordi Évole también lo hizo en la edición de Salvados 'El País que viene'. Pero lejos quedan ya aquellos programas que nacían exclusivamente de esta premisa: la mirada de la actualidad de aquellos que son el futuro y, al mismo tiempo, el presente de una sociedad.

Así surgieron formatos como No te cortes (1992), ¿Y tú, de qué vas? (1993), presentado por Antonio Albert, o el programa que fue el trampolín a La 2 Noticias de Lorenzo MiláAl Grano (1994). Un espacio de la segunda cadena en el que los jóvenes debatían sobre cuestiones de las que tradicionalmente los medios sólo tomaban el pulso de gente mayor. Es decir, hablaban de todo tipo de asuntos.

Las opiniones del público en plató eran claves en el discurrir de estos programas vivos, muy vivos, que eran modernos en su tiempo. Quizá también para hoy mismo. 

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