OPINION

'Amanecer': las razones que convirtieron un esperado videoclip en una decepción colectiva

edurne amanecer
edurne amanecer

Detrás de casi cada trabajo, hay una ilusión. También, por supuesto, hay trabajo e ilusión detrás del videoclip con el que el equipo de Edurne ha querido vender Amanecer y, de paso, sorprender al resto de países que participan en Eurovisión 2015. Se valora ese esfuerzo, aunque la sorpresa no ha sido tal.

La pieza recrea "un mundo inventado, un paisaje épico por el que viaja la protagonista como contexto de una gran historia de amor". Pero el resultado en conjunto cuenta con un problema: carece de personalidad, de fuerza, de enganche. Y Eurovisión en 2015 premia la personalidad, no un batiburrillo de ideas ya vistas antes y sin una intención clara.

El mix entre Juego de Tronos, 300, Avatar y El Rey León no funciona. Pocos saben de qué va realmente la canción de Edurne: ¿canta a su amado que ya no está?, ¿se ha muerto?, ¿se ha ido lejos?, ¿no puede Edurne enviarle un whatsapp diciéndole lo mucho que le ama? Nadie lo sabe. Y el vídeo, lejos de ser un buen complemento que ensalce la canción y le dé sentido, hace que el tema resulte menos atractivo y más absurdo. ¿Ahora resulta que va de una guerrera helénica que se convierte en tigresa?

El vídeo es un viaje deslavazado por unos efectos digitales que evidencian defectos en un tiempo en el que el espectador está resabiado y acostumbrado a unos retoques visuales de primera calidad. Si no se puede estar a la altura de videoclips internacionales como los de Katy Perry, mejor habría que discurrir otro concepto más poderoso que no dependa tanto de los chromas o de la postproducción digital... Mención aparte merece ese momento en el que Edurne se convierte en la susodicha tigresa (con un efecto propio de Noche de Fiesta), la artificialidad del descamisado modelo protagonista o la forma en la que vuela el vestido rojo (donde incluso parece que hay manos debajo soportándolo). Esto o se hace bien o queda cutre. Y, esta vez, ha sido más bien la segunda opción: un quiero y no puedo.

Tampoco ha ayudado la expectación generada. No crees muchas expectativas cuando el videoclip es simplemente un videoclip. Cuanto más provocas que la gente se imagine su propio videoclip, más decepción se causa cuando se presenta un resultado tan poco atinado como este, sin infravalorar todas las horas de esfuerzo y trabajo que ha llevado su producción.

Hay gustos para todos los públicos. Aunque este concepto elegido no conecta con la emoción directa de la gran audiencia. Las imágenes de Amanecer transmiten ideas inconexas y horteras, metidas con calzador y con una realización visual pobre, que no logra aprovechar el supuesto drama que cuenta el hit pretendidamente eurofestivalero. En este sentido, fue mucho más eficaz y elegantemente sencillo el vídeo de Dancing in the rain de Ruth Lorenzo el año pasado. Aunque las comparaciones sean odiosas...

Pero sólo es un videoclip. Edurne todavía está a tiempo de realizar una puesta en escena consciente de su tiempo en Eurovisión, que consiga que este clip quede en el olvido. Eso pasará si se busca una personalidad propia, se potencia la canción en la dirección correcta... y se huye del dorado como la obvia tonalidad predominante.

> ver vídeo

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