OPINION

'La Voz' triunfa: Laura Pausini y Alejandro Sanz revolucionan las sillas giratorias de Telecinco

Laura Pausini Cantando marco La Voz
Laura Pausini Cantando marco La Voz

Sanz y Pausini arrancan con éxito en 'La Voz' ante 4,5 millones de espectadores y un 28,1% de share. 

‘Bajo Sospecha’, en Antena 3, aguanta y sube a un 19,9%. Mientras, 'El Ministerio del Tiempo’ de La 1 se queda en un 11,5%. 

Analizamos pros y contras del programa.

Dispuestos a jugar y riéndose de sí mismos. Alejandro Sánz y Laura Pausini (con libreta a lo David Bisbal) han aterrizado en La Voz cumpliendo una de las máximas para alcanzar la complicidad más genuina en televisión: dar la espalda a cualquier aburrido postureo de lo políticamente correcto, olvidarse de las intensidades del bienqueda y, sobre todo, ser traviesos.

Los nuevos coaches de La Voz entienden la esencia del espectáculo televisivo, que no es otra la de dejarse llevar desde la espontaneidad franca y no desde la intensidad impostada. Y en el primer programa lo consiguieron con creces, complementándose y picándose entre ellos mismos y los dos más veteranos del lugar, Malú (y sus fans en la grada coreando su nombre "cual ambulancia", que decía Alejandro Sanz) y Antonio Orozco.

Todos derrocharon química. Tanta química que la música casi quedó en un segundo plano. No importa. Porque ellos son los grandes protagonistas de la versión española de The Voice. Son el punto fuerte de un formato que Telecinco, inteligentemente, ha sabido dejar descansar el tiempo suficiente para que la audiencia lo haya cogido con más ganas. Y en esas 'ganas' los cambios en el jurado han sido imprescindibles, también porque tanto Pausini como Sanz, además de su sentido del humor, aportan conocimientos musicales extras a los concursantes más allá de si tienen o no la voz calentita..

Unos concursantes que fueron dosificados con una alternancia muy pensada para camelar el share. Guardando el equilibrio entre estilos y carismas para no dejar escapar a la audiencia objetiva. De nuevo, los folclores del sur mandaron en escaleta para conectar con los mayoritarios audímetros andaluces. Hubo mucho 'flamenco'. Incluso Pausini se arrancó con una versión cañí de Marco se ha marchado para no volver. Instinto de la tele y de la comedia en estado puro, como buena italiana.

Y, quizá, también como italiana, le sorprendió que en España el formato no cuenta con las grandes maquinarías escénicas de las otras franquicias internacionales de La Voz. Su decorado y su poderío de realización visual es más lowcost, con una mayor inversión en este envoltorio el show sería aún más espectacular y atraparía a más targets. Pero, de momento, nos seguiremos conformando con que se priorice sensibles historias de superación de los artistas candidatos y pillar desprevenido al público con alguna que otra sorpresa. Como en la nueva sección del programa 'El telón', que ni el espectador ve al cantante. Nadie sabe lo que aparecerá detrás de una tela que cuelga del techo que tapa al artista en cuestión. Y, claro, al caer el rojo telón se produce un giro dramático. Como no podía ser de otra manera.

La Voz ha vuelto con fórmula mejorada, como decía la publicidad de detergente en los años ochenta. Flamantes coaches para un formato que funciona a la perfección con sus sillas giratorias. Triunfa en medio mundo. Un éxito que, esta temporada en España, es más que un cazatalentos: para el espectador se convierte en  la experiencia compartida de conocer de cerca a dos estrellas que están en el plató con la prioridad de pasárselo bien. Es la experiencia de sentirte que estás participando en una reunión de amigos en la que también están Alejandro Sanz y Laura Pausini.

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