OPINION

Belén Esteban gana 'Gran Hermano VIP': el triunfo que alimenta al 'monstruo' televisivo

belen esteban ganadora
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Como estrellas del rock. Así llegaron Belén Esteban y Aguasantas a los Estudios de Mediaset. Hordas de fans esperaban a las puertas del plató de Gran Hermano VIP. Los ojos estaban puestos en Esteban, que hacía el paseíllo, entre gritos de sus fieles, con cara de diva de la televisión. Y, en cierto sentido, no se equivocaba. Es diva de un tipo de televisión. De hecho, cuando escuchó en boca de Jordi Gónzalez que el concurso había sido un éxito de audiencias, esbozó sonrisa de felicidad. Como si el éxito fuera causa directa de su presencia. Se ha creído su propio personaje.

GHVIP ha sido un triunfo inesperado incluso para Telecinco (ayer congregó a un espectacular 35,9% de share, con 4.919.000 espectadores). Ha arrasado en cuota de pantalla y se ha propagado intensivamente por el resto de programas del canal, fenómeno que ya no se producía con tanta fuerza. Ya que esta edición no sólo ha sido un reality de conflictos, también ha sido una fuente de cotilleos exclusivos desvelados por el patio de vecinas compuesto por los participantes. De los entresijos de Ambiciones a los secretos de Cantora.

Y llegó la final. Aunque no hubo sensación de final, parecía un largo y acalorado debate más. Por primera vez, además, el reality apostaba por una entrada en el plató de las dos finalistas a la vez. Nada de gastar en grandes derroches escénicos en la casa, como en otras ocasiones. Aguasantas y Esteban entraron juntas. A nivel televisivo, esta situación resultó caótica. El momento perdió fuerza y restó protagonismo a Aguasantas (que interesaba menos, claro). Para algunos, fue una decisión para cuidar a Esteban del mal trago de soportar los abucheos. Pero no se libró de ellos. Los sintió durante toda la noche.

Belén Esteban ganó y donó, como golpe de efecto, los 100.000 euros del premio. Su personaje sale, por tanto, reforzado de un programa que ha sabido aprovechar muy bien un casting incontrolable, desquiciado y desquiciante. Y los responsables del formato, además, han atinado con ideas que han multiplicado el interés del show: desde inventarse salas con falsas torturas hasta juicios dentro de la propia casa. Así, el atractivo del elefante de la tele-realidad no ha bajado la guardia. Es más, se ha amplificado al propiciar situaciones conflictivas y, no menos importantes, cómicas.

Porque GHVIP es una tragicomedia de la realidad. Ese es su valor de éxito en un país que parece que no se cansa de mirar detrás de la mirilla. Un país que ha creado un extraño icono como el de Belén Esteban, una bestia televisiva en todos los sentidos, incluso grotescamente televisiva. Con esta victoria, su culebrón vuelve a tener fuelle para rato. Se avecinan debates, sálvames, polígrafos... La historia interminable.

@borjateran

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