OPINION

El delirio de la TDT: el Gobierno dará nuevas licencias, ¿llegan demasiado tarde?

cinema-paradiso TDT
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Las licencias de televisión en España empiezan a parecerse a un culebrón de Galavisión. Cuando el espectador consigue resintonizar su antena y ordenar todos los canales en el mando a distancia, un nuevo giro dramático le espera: vuelta a sintonizar y resintonizar. La historia sin fin. El bucle interminable.

Hace unos meses, se cerraban 9 canales de la TDT. Atresmedia era la más perjudicada con esta decisión, tras realizar una importante inversión en marcas propias como Xplora, Nitro o La Sexta 3, que se apagó con el homenaje al cine de Cinema Paradise (en la imagen). El Tribunal Supremo declaraba inválida la concesión del reparto de canales de TDT de la etapa de Zapatero, quien, para agilizar, decidió repartir las frecuencias libres entre las empresas que ya tenían frecuencia y experiencia en emisión. El ejecutivo de Rajoy aplicó la sentencia, los canales de la TDT mermaron y, de paso, se consiguió liberar el espacio radioléctrico que necesitaban los operadores de telefonía para el denominado 'dividendo digital', entre otras cosas clave para la tecnología 4G.

¿No quedaba más espectro para nuevos canales? Pues se ve que sí. Porque ahora, de nuevo y cuando todavía puede existir otra sentencia que provoque más cierres, el gobierno ha dado luz verde a una nueva concesión pública de cadenas. Saca a concurso seis canales nuevos. ¿Qué compañías recibirán las licencias? Hay dos opciones: valorar a las empresas que vienen produciendo televisión durante años o premiar a grupos que despiertan simpatías afines, aunque en determinados casos cuenten con desconocimiento en el sector. Lo que suele traducirse en proyectos frustrados que terminan en licencias alquiladas o vendidas a terceros. No sería la primera vez.

Con este panorama, el ejecutivo debería valorar a aquellas empresas que ya vienen operando en este mercado y que han realizado importantes inversiones. Incluso hasta verse perjudicadas teniendo que cerrar emisoras o alquilar canales ajenos.

El presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, ya ha anunciado que estudian presentarse al concurso de estas seis nuevas licencias. La decisión ha chocado porque él mismo vendió Cuatro a Telecinco. Sorpresa general, aunque en el ámbito empresarial es un plan nada descabellado. No obstante, Prisa sigue poseyendo unas excelentes infraestructuras televisivas, con platós propios y torre de comunicaciones, en el mismo lugar donde se gestó Cuatro y en la que emite Canal Plus. Entrar en el juego de las licencias es un as en la manga estratégico para un grupo de las aspiraciones de Prisa.

Se abre, por tanto, la pugna para los nuevos canales. Porque seguimos instalados en la mentalidad de las licencias de la televisión más convencional... cuando la televisión ya no es tan convencional. El reparto de nuevas licencias puede transformarse en un regalo pringoso si no se conocen a fondo las necesidades del sector. Cualquier intento de lanzar una nueva cadena generalista será un parto largo y doloroso.

El escenario está cambiando más rápido que nunca. Y las licencias de emisión tradicional cada vez serán menos necesarias, menos poderosas. Porque estamos entrando a una velocidad vertiginosa en la época de los consumos online y las plataformas bajo demanda, que te permiten descargar cualquier producto en un sólo clic. La TV conectada cada vez está más cerca de ser una apabullante realidad. Las nuevas generaciones ya no saben ver la televisión lejos de su ordenador.

Las redes han revolucionado las formas de emisión, creando nuevos universos televisivos, llenos de posibilidades, en el que no son tan cruciales las concesiones públicas, sino que lo esencial será la visión y capacidad de estrategia para conseguir contenidos específicos que conecten con perfiles de público fieles. Aquellos que sepan intuir las necesidades de su targets de espectadores triunfarán. Tengan o no licencia. Emitan desde la televisión tradicional o desde los incontrolables nuevos soportes interactivos. Porque en los tiempos que vienen el poder no irá de la mano de la concesión de turno. Las (buenas) ideas serán las que manden.

@borjateran

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