OPINION

El triunfo de Kiko Rivera, peligroso referente de la generación Ni-Ni

jaimito kiko rivera
jaimito kiko rivera

La televisión en España ha contribuido en la construcción de referentes para la generación Ni-Ni. Referentes que ni estudian, ni trabajan, pero que, sin embargo, no paran de ingresar dinero gracias a su habilidad para vivir de la picaresca nacional.

Kiko Rivera, Paquirrín, es ejemplo de esa parte de la sociedad que encumbra a los cielos del éxito a una persona sin preparación y que, al mismo tiempo, demuestra poco o nulo interés en prepararse. Su forma de actuar y sus excelentes resultados que consigue se transforman en un espejo en el que se puede reflejar parte de una juventud a la que el sistema e incluso la propia televisión no han sabido despertar curiosidades e inquietudes. 

Pero este espejo no es realista, sólo deforma los reflejos. Como en Luces de Bohemia, pero sin trasfondo narrativo, sólo creando juguetes rotos.

Kiko Rivera no canta, pero vende canciones en las que parece que canta. Kiko Rivera no es actor, pero es fichado para protagonizar una serie en la que hace de actor. Las discográficas y las cadenas han creído que el hijo de la Pantoja tiene un gran tirón mediático y lo han encumbrado. Su éxito estriba en el morbo nacional de ser hijo de la folclórica. Es un buen producto para sí mismo, aunque no para los demás: crea nefastas aspiraciones en una juventud a la que no siempre se le han dado las herramientas para poder digerir estos contenidos con una perspectiva lúdica y crítica.

Porque Kiko Rivera no se puede ni debe tomar en serio. Su presencia en la televisión vale para programas de corazón o realities con corazón. Pero es una estafa para la audiencia. Y para los profesionales que han enriquecido este medio de comunicación y entretenimiento durante décadas.

Jaimito, la serie protagonizada por Kiko Rivera, es un bochorno. Es la televisión que no premia el talento y el esfuerzo. Producida por José Frade Producciones Cinematográficas S.A, este desfile de gags sólo puede definirse como un insulto a la ficción nacional, con un Paquirrín que en vez de interpretar (o intentarlo) parece reírse de todos los espectadores. Son los referentes de cartón-piedra que ha creado un país. Por suerte, Telecinco ha sabido relegar este producto a un rincón escondido de su portal en Internet. No merecía más.

> Puedes ver la 'serie' de Kiko Rivera aquí

@borjateran

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