OPINION

Christopher Mateo gana 'Supervivientes 2015' a la 1:45 de la madrugada

nacho vidal supervivientes
nacho vidal supervivientes

15 años después de aquella ingenua final del primer Gran Hermano, la fachada de Telecinco se ha vuelto a iluminar en una calurosa noche. Esta vez para acoger al ganador de Supervivientes, Christopher Mateo, que se ha hecho con el premio a la 1:45 de la madrugada, tras cantar incluso Obús su tema "qué te jodan, no voy a cambiar".

Hora tardía, en la que ya se podían decir tacos, para propulsar el dato medio de share, pues al retrasar tanto el momento decisivo ya no hay competencia en el resto de canales que rebaje cualquier promedio de audiencia. Al contrario, sube la cuota de pantalla.

Es más, como sucedió en la pasada edición (cuando ganó Abraham), la continuidad de Telecinco no ha dudado en cortar, de cuajo, el final de la emisión de programa (al más puro estilo de las uvas-interruptus de Canal Sur) sin permitir ni siquiera a Jorge Javier Vázquez despedirse de su público.

En un disputado segundo puesto ha quedado el que parecía favorito para ganar, Nacho Vidal. Sin embargo, no ha podido con Christopher, uno de los menos famosos (hermano de un participante de ¿quién quiere casarse con mi hijo?) que ha triunfado en la eterna final de una edición de un show de personajes populares que ha demostrado que lo que menos necesita es personajes populares.

De hecho, esta temporada, sólo con el as en la manga de Chabelita y sin el efecto del morbo añadido de contar con un Paquirrín o una Rosa Benito, el reality ha logrado mejorar el resultado de audiencia de su historia, con 5,7 puntos y medio millón de espectadores más que la pasada edición (3.335 espectadores de media). Incluso el formato ha evidenciado que, para enganchar a la audiencia, no necesita ni isla.

Y es que, en la última semana, la supervivencia se ha desarrollado en el mismo Madrid, siendo las pruebas realizadas en entre los platós de la cadena en esta última noche. Y Telecinco tirará por ahí el resto del verano, pues el próximo domingo estrena Un pasaporte para la Isla, un reality que buscará al náufrago perfecto de la próxima temporada de Supervivientes.

Así la cadena no baja la guardia estas vacaciones y sigue retroalimentando sus prime times de la rentable tele-realidad, que llena muchas horas de televisión a un coste competitivo.

No hacen falta grandes inversiones en escenografía, como las ficciones, ni legiones de guionistas o actores. Sólo personas dispuestas a todo por la fama, aunque sea una fama instantánea; un maestro de ceremonias, Jorge Javier Vázquez en este caso, con la rapidez de reflejos suficiente para calentar el interés del show y un equipo sin complejos. Es el particular sello de la tele-realidad de Mediaset, que es un triunfo de la vida en directo, con sus filias y sus fobias, con lo mejor y lo peor de la televisión.

@borjateran

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