OPINION

La desaparición de los programas musicales de TVE: la fórmula para su resurrección

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TVE llegó a emitir hasta casi 20 programas musicales simultáneos en su parrilla en los creativos años ochenta. La lista era larga, plural, atrevida e incluso algo polémica: Popgrama, Musical Express, Tocata, Jazz entre amigos, Caja de ritmos, el irrepetiblemente transgresor La Edad Oro de Paloma Chamorro...

Cada espectador tenía un espacio a tono con sus gustos. Era la verdadera televisión a la carta. No se podía elegir horario de emisión, pero sí variedad de contenido. Los estilos de música encontraban su hueco plural en una televisión pública que entendía la importancia de la diversidad musical (como tantas otras diversidades). Tampoco olvidaba la apuesta por un contenedor carismático para el pop más comercial. De Aplauso a Música sí, pasando por RockoPop. Pero hoy no queda ni rastro de este género en las parrillas de TVE.

Porque, más allá de los minoritarios Conciertos de Radio 3, ahora TVE no invierte ni siquiera en un espacio semanal de entretenimiento para divulgar, apoyar e impulsar el talento musical que se cuece en nuestro país. Los más agoreros acusarán de la muerte de ese tipo de formatos a Internet. Tienen parte de razón, pues las nuevas generaciones prefieren las formas de consumo con sólo dar un clic en su ordenador, tablet o móvil.

La cantidad de contenidos en la red han matado la paciencia de esperar a ver programas musicales. También porque los últimos que se han realizado estaban estancados en mecánicas obsoletas, sin aportar ningún tipo de peculiaridad o contenido extra. De esta forma, ha sido lógica la desconexión de la audiencia afín a la música, pues para ver un insípido playback, con pie de micro, el público prefiere ir al videoclip en Youtube, que ves como y cuando quieres, sin depender de la contraprogramación televisiva.

Y es que ahí estriba el problema. Los programadores sólo han reproducido fórmulas que cumplían su función en otros tiempos, con otras narrativas. Pero la música sigue siendo un valor fundamental para la televisión, especialmente dentro de la función social de TVE. El reto está en buscar el interés y la sorpresa del espectador. ¿Cómo? Apostando por la música en directo, que crea la percepción en público de vivir acontecimientos únicos e irrepetibles a través de la pequeña pantalla.

Los programas musicales deben crear contenidos propios, con puestas en escena propias. Es más, la escenografía y realización deben ser el as en la manga para sorprender y provocar al espectador en cada actuación (como sucedió con el brillante especial de Serrat en la pasada Nochebuena). Así se genera expectación en una audiencia ansiosa por vivir acontecimientos auténticos que, además, favorecen los comentarlos e interacción por las redes sociales.

En este sentido, para acercar a los más jóvenes a esa experiencia de vivir la televisión musical más creativa e intrépida, los propios grupos de éxito podrían ser incluso los anfitriones de cada programa. Como, por ejemplo, Auryn, formación que se ha convertido en exponente a la hora de entender la comunicación transmedia de la música. Sus cinco integrantes podrían dar juego en su descubrimiento como presentadores.

Porque eso es la televisión: descubrir. Y la pequeña pantalla de hoy está dejando de descubrirnos lo que se cuece en el universo musical de una forma atractiva, imaginativa y televisiva. La música en televisión no ha muerto, ha muerto el playback atado al rígido pie de micro.

El futuro está en crear acontecimientos para consumir con la emoción del directo y, al mismo tiempo, con las ansias del diferido. Porque la tele ya hay que pensarla para la emisión tradicional y, también, para su inmortal vida multipantalla en las ofertas a la carta y en la fragmentada viralidad de las redes sociales, donde se abre un abanico de posibilidad apasionantes. Porque las redes no son una plataforma complementaria, ya deben de ser valoradas como una ventana principal de acceso a los contenidos neocatódicos (aquellos que aprenden de la tele que nos parió pero incorporando las nuevas narrativas y posibilidades tecnológicas de la tele que vendrá).

@borjateran

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