OPINION

'Sálvame Deluxe' y los invitados de saldo

salvame deluxe
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Este verano, Sálvame Deluxe ha duplicado con éxito su presencia. Ahora se emite en el prime time de los viernes y, además, los sábados. En plena sequía de contenidos en la televisión por el estío, el programa de La Fábrica de la Tele sale fortalecido con su fórmula de cotilleo, peleas, polígrafos y delirios incontrolables, donde ni siquiera ya necesitan grandes cabezas de cartel como reclamo.

Cada vez más, los invitados de Sálvame Deluxe son poco o nada populares. De hecho, tienen bastante poco que contar. Los preferidos: las posibles amantes de hijo de folclórica o, en su defecto, amigos folclóricos de hija de folclórica (ayer, Sema). En definitiva, vale cualquier sucedáneo de folclórica. Incluso también se convierten en entrevista perfecta los propios jefes del programa, como Carlota Corredera que narró el nacimiento de su hija.

Es la cualidad del programa: convertir en tele-realidad todo lo que toca. Y es que, al final, lo que menos importa es el invitado. Lo crucial es dibujar la trama con inteligencia para que despierte el interés del espectador, ya sea a través de una poligonera recauchutada con ganas de popularidad, cueste lo que cueste, o con un colega de Chabelita, que se sienta en el plató soltando como si nada que 'está en lo más alto'.

¿Ser entrevistado en Sálvame Deluxe es estar en lo más alto? No, pero para una parte de la población sí. Existen varias generaciones que han construido sus referentes televisivos con este tipo de programas, made in Telecinco, que ejemplifican una variante de fama efímera en el que lo que menos importa es el oficio, el esfuerzo, el talento o la coherencia con uno mismo.

El superpoder de la factoría Sálvame es su capacidad para convertir en espectáculo casi cualquier instante. No es fácil de hacer y ellos siempre logran el más difícil todavía, conquistando a la audiencia más fiel. Aunque también es importante que toda esa audiencia sepa consumir los contenidos con una mirada crítica, entendiendo que el programa es sólo un show de entretenimiento sin más pretensiones y trascendencias que entretener. No todo el mundo lo digiere de esta forma. Quizá tampoco Sema, que fue el protagonista venido arriba de la noche.

Una noche de miserias convertidas, en gran medida. en comedia. Y eso es lo mejor y más complicado del magnético universo de Sálvame Deluxe, un programa construido con habilidad para conectar con grandes cuotas de pantalla y evitar un posible desgaste, a pesar de contar con una edición extra más los sábados.

Al contrario, han transformado el posible obstáculo en virtud. El Deluxe de los sábados no ha sido un problema, ya que han convertido el formato al modo miniserial de fin de semana. El viernes te presentan la primera parte del culebrón y te van cebando para engancharte para el sábado, donde se producirá el desenlace de prácticamente todo lo que te cuentan el viernes. Con pruebas definitorias del polígrafo, claro. La magia de la televisión que sabe como dejar pegada a la audiencia. La telenovela hecha tele-realidad.

@borjateran

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