OPINION

'Carlos, Rey Emperador': cuando las series de época terminan influyendo en los libros de texto

carlos rey emperador
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Tras el éxito cosechado por Isabel, TVE ha apostado por Carlos, Rey Emperador. La series históricas han cautivado a un importante sector de la audiencia, pues aúnan el atractivo de las ficciones de época (lucha de clases, juegos de tronos, vestuarios imposibles, ensoñación en entornos que parecen más épicos....) con reconocibles pasajes cruciales de la historia de España, que todos hemos estudiado en la escuela.

Aunque el problema surge cuando en los centros escolares se construye la formación a partir del propio producto televisivo y no del hecho histórico en sí. Es una realidad que estas producciones intentan tratar con rigor los acontecimientos históricos, que son los que vertebran la temporada. Aunque tampoco hay que olvidar que no dejan de ser series de televisión comercial, con sus telegenias, maldades, amores y desamores... Series que narran, en definitiva, historias inventadas a partir de personajes reales. Porque, aunque están muy bien documentadas, tanto Isabel como Carlos Rey Emperador no dejan de ser una ficción.

Los guionistas crean tramas para, sobre todo, entretener imaginando las emociones de las personalidades históricas. Lo hacen creando sentimientos, dibujando empatías y forzando antagonistas. Para que todo resulte motivador y sugerente, para que enganche, para que entre por los ojos.

Poco tiene que ver la belleza de Michelle Jenner con el rostro de Isabel. Tampoco se parece demasiado Carlos V a caballo en Mühlberg con Álvaro Cervantes. Sólo en la barba, que ambos se dejan. En este sentido, estas series pueden resultar útiles como elemento motivador para despertar interés a los alumnos por la historia, pero los centros escolares también deben divulgar el alto grado de ficción de la historia. Educar al alumnado en esa mirada crítica es fundamental.

Sin embargo, hay editoriales que, por la influencia de la televisión, incluso piden a Televisión Española la cesión de la imagen de Álvaro Cervantes para ilustrar la figura de Carlos de Habsburgo, I de España y V de Alemania en los libros de texto en lugar de utilizar el retrato de Tiziano. Así lo ha comentado Nicolás Romero, subdirector de Ficción de TVE, en la presentación de la novela de la serie (Plaza&Janés). Así los libros de formación cambian un retrato que atesora el Museo del Prado por una foto promocional, de ídolo carpetero, de una serie de prime time.

¿Deben cambiar los libros de texto los cuadros de Tiziano por el telegénico rostro del actor Álvaro Cervantes? Es pervertir la historia desde las escuelas. Sólo se debe si se contextualiza bien la imagen, pero sin relegar los retratos históricos al ostracismo. Porque, al final, los retratos de Tiziano son un sustento cultural de nivel y la serie sólo un apoyo más para despertar curiosidades e inquietudes desde el ámbito del entretenimiento televisivo, donde prima la pasión del culebrón.

@borjateran

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