OPINION

'Los Simpson' deben morir

los simpson
los simpson

Cuando la familia Simpson nació el 17 de diciembre de 1988, nadie pronosticaba su longevidad. Con los años, la ficción de Matt Groening fue perfilando mejor a sus personajes. La producción animada ganó personalidad y calidad. Poco a poco, la familia amarilla fue fidelizando una legión mundial de fans. No había marcha atrás: surgía uno de los mayores negocios de la historia de la televisión.

26 años después, Los Simpson sigue en buena forma. Como dibujos animados que son, no ha pasado el tiempo por ellos. Ni Bart es un treinteañero con hijos, ni Lisa es científica nuclear, ni Maggie se ha echado novio. Todo sigue igual en su limbo temporal.

Los capítulos se repiten una y otra vez en televisiones de todo el mundo. La audiencia ama la reposición, porque disfruta reviviendo las rocambolescas aventuras de los vecinos de Springfield. E incluso recitando de memoria los diálogos de los propios episodios.

Los Simpson triunfa por su vertiente canalla y por su forma de retratar al ser humano a través de muñecos amarillos. Pero, sin embargo, en los últimos años sus tramas empiezan a evidenciar que el recorrido de los personajes se agota. ¿Qué más aventuras pueden sucederles? La imaginación de los dibujos animados de adultos no tiene fin, vale, pero los lenguajes televisivos sí que evolucionan. Las dos últimas temporadas evidencian que Los Simpson ya ha pasado su edad de oro y su capacidad para impactar socialmente sólo se consigue "asesinando" protagonistas. Al menos, en lo que se refiere a nuevas tramas capitulares que provoquen un furor mediático sin parangón.

La llegada de series como Padre de Familia o American Dad dieron un paso más allá en el entretenimiento adulto, descubriendo al mundo el gag absurdo y siendo capaces de llegar a terrenos mucho más corrosivos que la serie de Groening. Mientras, en Los Simpson, a fuerza de rizar el rizo con hilarantes tramas en sus casi seiscientos episodios, los personajes se han ido desdibujando del todo. Ya no son los de antes.

Fox no debería tardar demasiado en dar un final digno a Los Simpson. Y crear un acontecimiento mundial en lugar de estirar hasta el infinito una serie que es una institución de la televisión y que nunca debería marcharse por la puerta de atrás.

Pero hay que seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. El merchandising de la serie es un negocio multimillonario e inconmensurable. Hay de todo con la imagen de la familia Simpson e incluso existen atracciones que reproducen, a su manera, calles de Springfield. No interesa, por tanto, que Los Simpson tenga fecha de caducidad. Aunque sea por el bien de su calidad artística. Y es que, aunque Fox cancelara su producción animada, seguro que Netflix se encargaría de resucitarla.

@borjateran

Y ADEMÁS…

Así sería ‘Verano Azul’ si se hubiera rodado hoy

5 razones por las que no podríamos hacer 'Juego de Tronos' en España

‘Vis a Vis’: los agujeros de guion de una serie consolidada 

El peligro vocal de Marge Simpson

Mostrar comentarios