OPINION

Los 7 errores 'made in spain' que no debe cometer Barei en Eurovisión (VÍDEOS)

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Barei ya es la representante oficial de España en Eurovisión. Su tema, Say Yay!, en inglés, ha triunfado en la (mala) final nacional de TVE (artículo sobre la gala, aquí). Pero ahora toca prepararse para Estocolmo. ¿Tiene la suficiente personalidad la canción para triunfar en Europa? A priori, visualmente, sólo destacó el baile de los hiperactivos pies de la cantante. Pero Eurovisión es un show televisivo global, donde la puesta en escena bien definida es importante para redondear una propuesta musical.

De momento, Barei debe aprender de siete errores cañís del pasado que mejor no volver a repetir. Siete actuaciones que intentaron llamar la atención del público con unas escenografías que quisieron sorprender y sólo lograron sonrojarnos.

Nada de vueltas en sillas giratorias

Dando vueltas en unas rojas sillas de oficina, como funcionarias poseídas, las Ketchup pidieron a Europa un Bloody Mary, por favor. Lo entendemos. Necesitaban alcohol para soportar esta coreografía, una de las más absurdas de la historia del festival.

Nada de trucos de magia

Con sábana incorporada. Ahora la ves, ahora no la ves. Ahora está, y ahora desaparece Soraya. Y, claro, la cantante tuvo millones de problemas en los ensayos con el equipo de realización. Las cámaras captaban ese impagable momento de Soraya arrastrándose por la parte trasera del escenario. Por suerte, no se vio en directo. Pero, definitivamente, la noche (y la sábana) no fue para ella.

Nada de cantar a lámparas

Raquel del Rosario dedicó la canción a un farol de diseño. Intentó cantar a la lámpara inerte con arrollador sentimiento, pero al escuchar los desafines la luz cogió y decidió volverse al techo.

Nada de hacer el barco

Por obra y gracia de la votación de Boris Izaguirre en el programa previo, Lucía Pérez tuvo que cantar 'Qué me quiten lo bailao' en Eurovisión. Lola González fue la coreógrafa. Si la cantante ya tenía trauma con la canción, encima le obligaron a "hacer el barco" en mitad del escenario.

Nada de arlequines

La actuación de Dani Diges en Eurovisión es recordada por la irrupción en el escenario de un espontáneo de cuyo nombre no queremos acordarnos, aunque si no hubiéramos sido testigos de la rapidez con la que le expulsaron, quizá el infiltrado podría haber pasado como parte del delirante numerito pequeñito. Los disfraces de los arlequines se siguen guardando en el almacén de vestuario de TVE. Pobre Espinete. No debe ser fácil convivir con ellos.

Nada de trajes venidos del espacio

D'Nash quisieron deslumbrar. Y lo consiguieron. Sus trajes espaciales de blanco nuclear se fusionaban con la iluminación eurovisiva. Lograron su cometido, aunque parecían más un anuncio de detergente.

Nada de arrancarse el vestido

Ya tuvimos suficiente con Edurne y su capa que salía volando. Nos empeñamos por reproducir efectismos rococós en el eurofestival, aunque en televisión el triunfo está en la capacidad del tema a la hora de traspasar la pantalla a través de una puesta en escena donde sobran parafernalias. Pinta a que ese será el camino de Barei.

ANÁLISIS

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@borjateran

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