OPINION

Miguel Ángel Revilla: así engatusa a la televisión de máxima audiencia

revilla el hormiguero
revilla el hormiguero

"Hasta mañana, hoy no hemos salido". Fue el último sonido que se escuchó anoche en El Hormiguero. Era la voz de Barrancas. Ni las hormigas asomaron por los agujeros de la mesa, ni hizo falta sorprender al público con un gran experimento. El último especial del show de Pablo Motos, que ha congregado a más de 3,5 millones de espectadores y un alto 19,2 por ciento de share, sólo ha necesitado una entrevista con Miguel Ángel Revilla, Presidente de Cantabria . Es el único político de "provincias" que impulsa los shares de audiencia porque no parece un político. Porque  reúne cuatro razones que siempre premia el espectador con el interés más incondicional.

1. Sin filtros

Miguel Ángel Revilla acude a las entrevistas con toda las consecuencias. Se moja y habla como si estuviera en una reunión de amigos en una tasca. A diferencia del resto de los políticos, obsesionados por convencer al máximo número de votantes, Revilla se deja llevar sin demasiadas autocensuras. Incluso desvela una conversación privada con Rajoy sobre la corrupción en el PP. Y para más inri termina imitando al propio Rajoy como si fuera Jose Mota. Esto genera un especial magnetismo por parte del público que convence o no, pero contagia una carisma imprevisible que deja pegado al público al televisor.

2. Autoparodia

Antes de alcanzar la popularidad a nivel nacional, ya era habitual ver a Revilla cantando en fiestas cántabras y hasta en platós de televisiones locales santanderinas. A simple vista, podía parecer populismo aunque, en este caso, la personalidad de Revilla va por otro lado. Su carácter no se toma demasiado en serio ni a sí mismo, riéndose del poder mediático que desprende su personaje y aprovechándolo para promocionar, una y otra vez, los productos de su tierra. Cree que así es el mejor embajador de su Cantabria y, como efecto colateral,  él mismo se autocrea su propia parodia. Él mismo supera la imaginación de cualquier imitador.

3. El profesor enrollado 

Ex director de banco y profesor de estructura económica, la labia de Revilla consigue explicar en televisión los contextos políticos de forma sencilla y, al mismo tiempo, manejando constantes datos reales. Su campechanía exagerada hace fácil de entender lo difícil. Nadie se quería perder sus clases, ahora ha trasladado esa faceta, llevada más al extremo, al ruedo de la televisión nacional de máxima audiencia.

4. Energía por encima de sus posibilidades

Los sobaos pasiegos, las anchoas y, anoche, hasta regaló a Pablo Motos un móvil hecho en Cantabria. La audiencia de Antena 3 desde hoy sabe que en Cantabria se hacen móviles. Revilla siempre intenta aprovechar al máximo su momento en prime time y no se preocupa por alargarse en los tiempos, aunque el programa sólo dure una hora. Tampoco duda en dar estopa a los protagonistas de la situación política actual. Lo hace con unos argumentos que congenian con la coherencia del espectador medio, empatice o no con él. Y por eso mismo Pablo Motos, ayer, no tuvo tiempo ni de sacar a Trancas y Barrancas de debajo de la mesa. Ni hizo ningún experimento de los suyos. Y nadie echó en falta los grandes juegos efectistas de El Hormiguero, porque Revilla en una especie de folclórico de la política: desprende una energía, que guste más o menos, llena la pantalla de show.

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