OPINION

Los 4 factores que han influido en el bajón de audiencia de 'Eurovisión'

barei audiencia
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10 puntos menos. El festival de Eurovisión ha pegado un pronunciado bajón de audiencias en esta edición, pasando de alcanzar en 2015 un 39.3 por ciento de share y 5.958.000 espectadores, a quedarse, en este 2016, en un 29.8 por ciento de share y 4.292.000 fieles.

El eurofestival mantiene un resultado de audiencia espectacular, sin competencia. Sin embargo, la edición de Barei se sitúa como la emisión más floja desde 2007, cuando representaron a España los chicos de D'Nash. ¿Qué ha pasado? ¿A qué se debe esta pérdida de interés?

1. No se ha generado un acontecimiento

TVE no vive su mejor momento. Y su parrilla anda falta de programas reconocibles que desprendan complicidad con la audiencia y que sirvan para retroalimentar la cultura, la actualidad, el entretenimiento y también su propia programación.

En la actualidad, la cadena pública no mantiene ningún show representativo para poder dar a conocer a Barei, una gran desconocida para las grandes audiencias. Tampoco ha ayudado que La 1, en este momento de transición, no define una estrategia rotunda de promoción que no se quede en el viejo spot convencional del que el público está inmune. Eurovisión no ha movilizado la oferta de La 1 para generar un acontecimiento en el espectador.

Aunque desde rtve.es sí se ha realizado un intenso caudal de contenidos propios y más arriesgados, en la emisión tradicional se han quedado en un previo con medios más limitados y previsibles.  Los años en los que más audiencia ha contado Eurovisión en España coinciden con ediciones con programas teloneros de mayor calado de producción. Como el año del Chikilicuatre (59.3 por ciento de share y 9.336.000 espectadores en las actuaciones y en las votaciones disparándose hasta el 62.8% y 10.619.000), cuando se realizó un especial de varias horas desde los Estudios Buñuel, con público y actuaciones en directo, que presentó Raffaella Carrá ayudada por colaboradores como Loles León. Entonces, no se quedaron sólo en perfiles de colaboradores marcados por Eurovisión y realizaron un show previo con entidad propia, con disparidad de opiniones e incluso un poco de mala leche, perfecto para calentar motores, transmitir empatía en el público y disparar el interés vivo por la final.

2. Eurovisión no es sólo los eurofans

La promoción de Barei se ha centrado en exceso en los eurofans. A los más fieles del festival hay que cuidarlos, pero los eurofans representan a una minúscula parte de la audiencia de Eurovisión. Es muy importante la divulgación del proceso previo de la candidatura española más allá del sábado en el que se emite el eurofestival. Como consecuencia, hay muchos espectadores que ni conocían la candidatura española, ni se han sentido involucrados en su propuesta.

3. Estrategia de competencia más inteligente

Telecinco ha decidido eliminar esta semana de su programación el talent show karaoke Levántate All Star para proyectar Avatar. Un taquillazo que siempre demuestra ser bastante infalible en emisión y, este sábado, ha aguantado el tipo con un 10.6 por ciento de share y 1.571.000 espectadores. La cadena de Mediaset ha jugado a los productos complementarios, en busca del público que demanda una oferta distinta al espectáculo musical de Eurovisión. Lo que ha repartido más el share. También La Sexta Noche han demostrado fidelidad de su público,  con 1.226.000 seguidores y 10 por ciento de share a la cadena verde. De nuevo, un contenido diferenciado al eurofestival.

4. Participación del público

A pesar de que estamos en la era de la televisión más interactiva´y que Eurovisión aprovecha las redes para multiplicar la expectación, el público nacional no se siente partícipe en el festival. Sólo los eurofans. Faltan procesos de selección de los candidatos más abiertos y transparentes, que no se queden en una gala puntual y donde la audiencia se sienta que decide el representante eurovisivo de TVE. Ya existen las herramientas para ello. Un ejemplo vuelve a ser el año de Chikilicuatre, elegido a través de la red MySpace, que fue el Eurovisión más visto desde el fervor del Operación Triunfo.

En el bajón de audiencia no han afectado que el espectador más interesado por el festival haya podido ver los ensayos previos. Al contrario, eso ha generado un interés extra para descubrir cómo iba a ser el desenlace de España. El problema ha estado en el que la audiencia no se ha ilusionado en el festival de 2016. Ha visto la gala sin demasiados alicientes 'patriotas', con síndrome de perdedor.

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@borjateran

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