OPINION

'Hable con ellas', el síndrome de 'Sálvame Deluxe' y el surrealismo de Fernando Arrabal

telecinco hable con ellas
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El programa de Telecinco mejora en lunes (13.5%, creciendo 2.2 puntos desde la anterior entrega), pero no puede con el primer episodio de Lucifer en Antena 3 (14.1% en su primer capítulo, 13.4% en el segundo)

Tras los discretos datos en domingo, Hable con ellas se ha instalado en nuevo horario. Ahora el formato de Telecinco ha aterrizado en el lunes y, por primera vez esta temporada, se emite en riguroso directo por aquello de dar más viveza el show.

La primera invitada ha sido Laura Matamoros y, como refuerzo, María Patiño también se ha sentado en el sofá. Así el show ha arrancado con una entrevista a la hija de Kiko Matamoros, en el que se realizaban preguntas llegadas del estudio de Sálvame.

Normal, pues todo ha sonado muy a Sálvame. Porque Sálvame se ha convertido en justamente eso: un salvavidas para Telecinco. Aunque un flotador con cierto inconveniente para aquellos espectadores que no son extremadamente fieles al canal. En ocasiones, es complicado seguir las complicadas tramas que se crean a diario en el universo de Telecinco, cada vez más endogámico.

En este sentido, en este primer Hable con ellas en directo, ha faltado más contexto para entender la crisis existencial por la que estaba siendo entrevistada en plató Laura Matamoros, sobre todo porque, excepto Sandra Barneda y María Patiño, el resto de presentadoras no parecían demasiado entusiasmadas por la entrevista. Ni Alba Carrillo ni Mónica Martínez ni Rocío Carrasco.  Tampoco Soledad León de Salazar, interpretada por Josep Ferré, a pesar de intentarlo con su instinto del espectáculo.

Y este tipo de formatos sin entusiasmo no tiran. Al menos, más tarde, el programa ya recuperó más su esencia y jugó con sus cinco comunicadoras. Primero con el camarero del programa de Cuatro, First Dates (más retroalimentación entre canales de Medioset para aguantar la sequía informativa veraniega). Se trata de Matias Roure, que tuvo una cita en una esquina del decorado con una novata Alba Carrillo. La historia no dio mucho más de sí.

Después, por suerte, apareció en escena Fernando Arrabal, como pulpo en garaje, para dar un poco de vida al prime time. Vida surrealista, claro. Consiguió su cometido: descolocar al personal (a las presentadoras las primeras). Al final, es lo que necesita Hable con ellas para volver a ser Hable con ellas: surrealismo.  Y, esta temporada, aún están en primero de preescolar en surrealismo.

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@borjateran

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