OPINION

'Se ha escrito un crimen', la reposición infalible

angela lansbury
angela lansbury

Allí donde aparecía Jessica Fletcher, allí se cometía un asesinato. O eso nos hizo creer Se ha escrito un crimen. La serie que reencarnó a Agatha Christie a través de una entrañable escritora de novela policíaca.

Richard Levinson y William Link, creadores de la ficción, habían aprendido del fracaso de otra serie del género, Ellery Queen (1975). Fue el frustrado primer gran intento de que la audiencia jugara desde casa a destapar un misterio de forma demasiado literal, pues incluso se pausaba la emisión de cada capítulo para dar tiempo al público a pensar en el desenlace.

Y, claro, no se entendió esta especie de televisión “interactiva”. La mecánica era demasiado ortopédica. Pero sí sirvió para sentar las bases de Se ha escrito un crimen (1984-1996). Se simplificó el producto y se decidió entremezclar elementos clásicos del suspense con golpes de telecomedia y trucos del culebrón. De hecho, esta serie ya incorporaba cebos antes de su emblemática sintonía. Una táctica que destripaba parte del capítulo con el objetivo de atrapar las ansias de un espectador que necesitaba quedarse hasta el final para descubrir el nombre del culpable.

Aunque la gran fortaleza de esta mítica producción estuvo en la elección de su protagonista. El papel fue rechazado por Jane Stapleton y Doris Day. Finalmente, el proyecto fue a parar a Angela Lansbury, que aceptó el reto tras una sobresaliente trayectoria (con personajes como la Señorita Price de La bruja novata, Salomé Otterbourne en Muerte en el Nilo o la Señora Lovett de Sweeney Todd). En la decisión, ayudó que la actriz tenía ganas de descansar de su intenso paso por Broadway.

La capacidad interpretativa de Lansbury fue perfecta para encarnar a una querible Fletcher. Ella convirtió a la escritora sabelotodo en una intuitiva mujer que representaba a esa entrañable tía-abuela que es habitual en cada familia: responsable, cándida, cotilla y capaz de ridiculizar a la policía o lo que se tercie. La empatía, tan importante a la hora de dibujar a los protagonistas de las series de cadenas comerciales, estaba asegurada por parte de las grandes cuotas de pantalla.

También ayudaron las apariciones estelares. Los cameos de rostros populares de la época, como reclamo, era práctica habitual en un tiempo en el que las cadenas se percataron de que los capítulos autoconclusivos favorecían la predisposición del público a la hora de conectar con la historia. La trama no requería grandes esfuerzos.

Y la serie aguantó con perioricidad semanal hasta 1996, cuando fue cancelada por un evidente desgaste. Bajón de audiencias que se acrecentó por la decisión de la CBS de enfrentar a Fletcher con Friends. Un crimen de contraprogramación. La veterana producción nada podía hacer contra los chispeantes amigos neoyorquinos.

Se ha escrito un crimen regresó en formato tvmovie en diversas ocasiones y sus capítulos se siguen reponiendo con éxito. En España, en la actualidad, en las tardes del canal Atreseries.  Porque la estructura televisiva de la ficción de CBS sigue estando en buena forma 32 años después de su estreno: la emoción de adivinar el desenlace de un misterio, a través de la temeraria curiosidad de la sabiduría de las abuelas.

@borjateran

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