OPINION

El futuro del periodismo en televisión

el objetivo
el objetivo

La televisión va deprisa. A veces, demasiado deprisa. También los programas que manejan la información, que observan la actualidad a través de las idas y venidas que marcan las agendas políticas. En este trasiego, los programas de televisión pueden olvidarse de atender los problemas cotidianos. Esos problemas enquistados que nos afectan silenciosos en el día a día, problemas que sólo llegan a los titulares de los medios de comunicación cuando sufren el peor de los desenlaces. Cuando ya no tienen remedio.

La televisión va deprisa. A veces, demasiado deprisa. Y los audímetros también. Las cadenas solían temer tratar según qué temas porque no interesaban al público. O, peor aún, porque el público los de la espalda. Ya se sabe, en ocasiones, es mejor no mirar a la realidad de frente. Sin filtros.

La televisión va deprisa. A veces, demasiado deprisa. Es, en definitiva, la era del contenido instantáneo. No hay tiempo que perder y no hay tiempo para que los periodistas enfoquen sus esfuerzos con el margen que el rigor necesita. Y sin tiempo (y con los audímetros) el teleperiodismo puede confundirse con el espectáculo del efectismo de la superficialidad, donde es el espectador quien debe realizar el esfuerzo de distinguir entre información y especulación.

Pero el periodismo no era eso. Tampoco en televisión. De ahí la credibilidad social adquirida de aquellos programas que han dado carpetazo a la televisión de usar y tirar. Como Salvados o El Objetivo, que anoche volvió a salir del plató con esa versatilidad que permite una edición especial para analizar el acoso escolar desde una perspectiva compleja. Un problema enquistado del que no existe una divulgación real en la sociedad.

Un reportaje, valioso incluso para emitir en los próximos años en colegios e institutos, que ha mostrado de forma didáctica las diferentes aristas del problema, donde todos son víctimas. También los verdugos. Además, fijándose en las redes sociales, que crean un nuevo escenario, en constante mutación, en el que el acoso sale de las escuelas para no dar tregua las 24 horas del día.

El futuro del periodismo en televisión ya no pasa por los informativos tradicionales. Ese Telediario que aún muchos llaman "parte". Irán ganando terreno los formatos que analizan la información desde enfoques con capacidad para acceder a las realidades de nuestra sociedad desde una perspectiva periodística verificada y más elaborada.

Las nuevas formas de consumir la televisión "bajo demanda" propiciarán la agonía de esa televisión que va deprisa, a veces demasiado deprisa, para regresar al periodismo que no se queda en el titular que se repite en todos los medios por igual y aporta una mirada propia contrastada. No es nada nuevo. El futuro del periodismo es volver a la esencia del periodismo. La experiencia de saber pero, también, comprender.

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