OPINION

La trampa de la tecnología LED en televisión

carlos del amor mapping
carlos del amor mapping

Con las grandes pantallas de LED parecía que se abría un infinito abanico de posibilidades en el terreno de las escenografías de televisión. Esos decorados que envuelven y enriquecen la personalidad de cada programa. Sin embargo, esas grandes videopantallas han terminado homogeneizando en exceso la pequeña pantalla. Todo parece igual. Ya sea un Telediario, un talent show, un concurso o un magazine. Las prisas con las que se crea la actual televisión propician caer en el atajo de incorporar una inmensa pared de LED y cuatro paneles planos. Lo que supone una trampa que empobrece el resultado final televisivo.

En las pantallas de LED puedes emitir una versatilidad de imágenes que otorgan movilidad al fondo de encuadre. Pero sólo por sí mismas no logran las otras personalidades que alcanzaban los decorados tradicionales: con su puntos de fuga y con su profundidad real, que permitían marcar el carácter diferenciado de cada programa. Eso, salvo excepciones, se está perdiendo por unos platós que abusan del artificio, el exceso de atrezzo (grandes letras luminiscentes, estructuras metálicas inverosímiles, formas imposibles...) para ocultar las limitaciones de la plana pantalla de LED. Esto solo consigue crear un caos visual al espectador que enturbia lo que se nos está contando desde el programa de turno.

Pero este problema cuenta con fácil solución. El truco está en conjugar las nuevas posibilidades tecnológicas con las artesanales artes tradicionales. Las imágenes que emite el LED pueden crear ambientes totalmente diferentes en cuestión de segundos. Esto sin duda ayuda al show pero que, además, necesita de una linea de diseño sólida, definida y propia para que la escenografía no se convierta en el chroma de Valerio Lazarov en versión mejorada. Y eso sólo se puede construir a través de las artes tradicionales, los elementos corpóreos que dotan de volumen y profundidad al espacio escénico.

En definitiva, no quedarse en el LED con cuatro paneles y crear universos propios. También incorporando otros sistemas como el mapping. O lo que es lo mismo: la proyección de imágenes animadas sobre elementos tridimensionales para generar una falsa realidad en perspectiva. Los mappings por sí solos no funcionan en televisión pero sí cuando se incorporan en la trama del programa o serie con lógica. Como sucedió en el especial de los servicios informativos de Televisión Española de cierre del año 2012. Entonces, bajo la reputada dirección de Fran Llorente, los Telediarios de TVE innovaban en narrativas audiovisuales. Entonces, el periodista Carlos del Amor (en la imagen de arriba) interactuó con los acontecimientos más relevantes que nos había dejado 2012 a través de este tipo de proyecciones en 3D (puedes verlo aquí).

Desde TVE, podían haber buscado la perfección máxima incrustando al periodista en las imágenes sin ningún tipo de fisura, en cambio se dejó sin retocar la imperfección de las sombras que surgían al chocar la proyección con el presentador. Lo obvio hubiera sido eliminarlas, pero entonces el mapping parecería un efecto digital cualquiera. Se optó por la artesanía que traspasa la pantalla. Ahí está el futuro de los decorados de la televisión: seguir creando universos integrando el LED o el mapping pero no sólo quedándose en la superficie del LED o el mapping. Universos donde la escenografía sea una aliada que ayude a potenciar la mecánica diferenciada de cada formato televisivo, donde la tecnología no gane la batalla a la creatividad.

> 8 peculiaridades de los decorados de la TV cuando aún no existían las pantallas de led (VÍDEOS)

@borjateran

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