OPINION

Verdades y mentiras de la agonía de la televisión tradicional

ot el concierto
ot el concierto

La televisión está dejando de consumirse por la televisión. La oferta de contenidos se ha multiplicado exponencialmente. No sólo en canales, también en diferentes ventanas desde las que ver cada serie o programa. Con este panorama, los hábitos de los televidentes están mutando para siempre.

Es una realidad, ya no discutimos por el mando a distancia. El motivo: puedes sintonizar tu producción favorita cómo, cuándo y dónde quieras. Y sin que nadie te moleste. Basta sólo el ordenador, la tablet, la tele o hasta el móvil. De ahí que las nuevas generaciones ya no cuenten con la misma paciencia que el espectador más veterano. Los más jóvenes no entienden que haya que esperar a un horario de programación tradicional y, directamente, consumen sus series en los servicios "a la carta".

Como consecuencia, ¿estamos ante el fin de la televisión lineal? Lo fácil es pronosticar la muerte de los canales de TV tradicionales, pues sus contenidos se podrán consumir en el momento que el espectador elija. Sin embargo, en TVE, Antena 3 y Telecinco pueden estar tranquilos. Esa realidad no va a suceder.

El futuro televisivo más próximo contará con contenidos que se sintonizarán "bajo demanda", sobre todo las series con un perfil de audiencia más definido y acotado, pero la televisión en directo, esa que llega por las cadenas de siempre, se mantendrá como  la gran protagonista.

Especialmente en programas de entretenimiento, el género que mejor aguanta y fideliza público. Porque verlo después, a la carta, supone que te has perdido la conversación que genera vivir en tiempo real ese formato y poder comentarlo a través de las redes sociales. De hecho, a veces, es hasta más divertida la conversación en las redes que el propio programa en sí.

Y es que las redes sociales están siendo un aliado para el consumo televisivo tradicional. El universo de Twitter nos vuelve a juntar frente al televisor. Como antaño, pero con una diferencia: las cadenas y los anunciantes pueden examinar con detalle los comportamientos de los usuarios y definir sus intereses.

Cambiará para siempre la manera de consumir series o documentales, pero seguirá casi intacto el modelo de emisoras de información y entretenimiento en directo, un directo en el que la audiencia siente que está viviendo de primera mano y en primera persona un acontecimiento irrepetible e imprevisible. Como ha sucedido esta semana con el concierto de Operación Triunfo, verlo después suponía perderse la catarsis colectiva y sus colaterales comentarios en las redes.

En la televisión que viene el público hará más suyos que nunca los programas e incluso podrá cambiar el rumbo de los formatos en tiempo real, favoreciendo un amplio escenario participativo que es jugoso también para los anunciantes. Pero ese mismo público seguirá esperando las decisiones del programador. Porque hay una elemento que no cambiará: la televisión que crea citas, que nos reúne al unísono, la televisión que es toda una ceremonia social.

Los 3 errores de las cadenas de TV en las redes sociales

@borjateran

Y ADEMÁS…

La televisión en pause: no es país para la creatividad

8 lecciones que debe aprender la TV de hoy de Chicho Ibáñez Serrador

4 anomalías de la TV en España que hemos terminado interiorizando como normales

Ellen DeGeneres: así triunfa en Twitter (tú también puedes hacerlo)

Lo que debe aprender TVE de su propia historia

4 elementos cruciales para el éxito en TV que se están olvidando

Youtube: una poderosa vía de promoción e ingresos que la TV en España aún no aprovecha

Mostrar comentarios